miércoles, 27 de marzo de 2013

Gol de mujer


Laila Espamer es un torbellino. Al hablar impresiona su velocidad para hilvanar sus ideas y su claridad al expresarse. Laila cursa el quinto año del Galileo Galilei y ante cada una de sus palabras van surgiendo con precisión cuáles son sus anhelos y sus objetivos futuros. Con apenas 17 años parece tener en claro qué es lo que desea. Pero el presente de Laila Espamer está atravesado por una de sus grandes pasiones: el fútbol.
Quienes la han visto en un campo de juego se encargan de remarcar que una de sus principales virtudes es su velocidad. Pero ella se encarga de remarcar que una de sus principales características es su capacidad goleadora. “Soy una jugadora muy regular, me gusta correr mucho y por suerte tengo gol”, se autodefine Laila.
Con un juego vertiginoso y goles se ha establecido como una de los proyectos futbolísticos de de Río Cuarto y quien disfruta de su talento es el Club Atlético Racing de Córdoba. Pero antes de arribar a la “academia” cordobesa hizo un interesante recorrido futbolístico por distintos lugares de la ciudad.
La llegada de Laila al fútbol fue muy precoz. Comenzó a jugar en la sala de cinco del Jardín de Infantes pero fue en segundo grado cuando empezó a jugarlos habitualmente. “Mi mamá me dejaba en la escuela y mis compañeros me esperaban con la pelota para jugar”, cuenta al recordar cómo fueron sus inicios en un deporte que tiene predominancia varonil.
Cuando tenía 10 años empezó a jugar en una Escuela de Fútbol Femenino que se abrió en la ciudad de Río Cuarto. En ese lugar hizo varias amigas y conoció a muchas jugadoras que en la actualidad forman parte del plantel de la Universidad Nacional de Río Cuarto.
Con el tiempo decidió alejarse de la escuela porque no tenía ritmo de competencia pero no abandonó las canchas de fútbol. Al contrario, empezó a desplegar su talento en diversos sitios. Participó en los Intercolegiales vistiendo la casaca del Galileo Galilei, representó a la Universidad Nacional de Río Cuarto en la Buenos Aires Cup y hasta jugó en los campeonatos que se desarrollan a la orilla del río Cuarto, a metros del puente Juan Filloy. Siempre encontró la excusa perfecta para no despegarse de la pelota. “En Río Cuarto hay muy buenas jugadoras y creo que es posible que se puedan armar muy buenos equipos, pero lo que hace falta es dirigentes que apuesten a la actividad”, analiza Laila.
En el 2010, jugando en los Intercolegiales, la vio Gabriel Pereyra, su actual director técnico en Racing. Desde que la vio Pereyra la quiso en el elenco de Córdoba capital, pero tuvo que esperar unos años. “Me parecía que no era el momento, pero nunca perdí el contacto con Gabriel”, cuenta Laila.
Pasaron dos años y Pereyra pudo tenerla en su equipo. Laila cuenta el desenlace que la transformó en jugadora del Club Atlético Racing de Córdoba: “En 2011 formé parte del equipo de Córdoba que participó en los Juegos Binacionales de San Juan. Para poder jugar en los Binacionales de 2012 sí o sí debía formar parte de un equipo de la Liga Cordobesa de Fútbol. Me puse en contacto con Gabriel Pereyra y le comenté sobre esta situación y me dijo que inscribía como jugadora de Racing y de paso aprovecho para decirme que le estaba haciendo falta una jugadora en el puesto de enganche. Pero mi intención no era jugar en Racing, yo sólo quería poder participar en los Juegos Binacionales”. Pero el fútbol le tendría deparado a Laila Espamer otro destino.

Puede leer la nota completa en la edición impresa de revista Contragolpe de noviembre de 2012.

No hay comentarios:

Publicar un comentario