Si bien la pasión por los fierros en la ciudad data de
antes, la fecha que se institucionaliza es el 30 de octubre de 1940, día en que
se funda el Automóvil Club Río Cuarto (ACRC), impulsado por quien sería su
primer presidente, Florindo Di Cola.
Ya en 1950 se comenzaba a dibujar lo que es hasta hoy el
templo del automovilismo local: “Se había comprado ese predio a una familia
Bertolotti. Eran 74 hectáreas”, recuerda Carlos Leoni, actual vocal de la Comisión
Directiva del ACRC, y agrega: “Se compró el predio y con el tiempo lo fueron
vistiendo: se hizo una pista de tierra que tenía 2.800 metros, que viene a ser
ahora el circuito 1 había una chicana por donde se entraba a la recta porque
ese circuito se giraba al revés, en sentido anti horario”.
Finalizando la década del ’50, la pavimentación fue una
realidad a la que se sumó una horquilla que hasta hoy hace a la característica
principal del trazado: su larga recta principal. Además, el “vestir” al autódromo
también incluyó una forestación con un trabajo humano excepcional. Cuenta
Leoni: “Don
Daverio (NdeR: Carlos Daverio, entonces presidente del ACRC) tenía una quinta
cerca de Las Higueras y había hecho tarritos con brotes de eucaliptos y tenía
un empleado, Víctor Hugo Dúculi, quien fue un corredor muy conocido, que todos
los días con una chatita Ford A le traía en la caja los plantines de eucalipto.
Y en el autódromo había un señor que hacía los huequitos y los enterraba”,
cuenta Leoni y añade: “Este muchacho, ‘Cacho’ Dúculi, llevaba todos los días 50
plantines de eucaliptos y este hombre en el autódromo los iba plantando.
Llegaron a ser tres mil y pico de árboles”.
El padrino
Los eucaliptos fueron los jóvenes testigos del momento de la
inauguración, evento para el cual se invitó a nada más y nada menos que al ya
multicampeón de Fórmula 1 internacional, Juan Manuel Fangio. “Me siento
encantado de encontrarme en Río Cuarto, ciudad muy simpática a la cual ya
conocía por haberla visitado en otras oportunidades. En cuanto al circuito debo
felicitar a sus organizadores por lo magnífico que es y previo algunos retoques
en algunas curvas, será un escenario importantísimo”, le comentaba Fangio al
diario La Calle ese 26 de julio de 1959. El oriundo de Balcarce ya había estado
en la ciudad en el año 1957.
“He
tenido la oportunidad de estar varias veces con él, que es muy importante eso
para mí. Como yo he corrido grandes premios como acompañante de Caldara,
compartíamos hotel, después estando en Córdoba en el comité ejecutivo de la
Federación, estuvimos con él, cenamos”, rememora Leoni con orgullo del múltiple
campeón internacional, y prosigue: “Era una cosa muy emocionante haberlo
sentido a ese hombre, podía estar dos horas hablando de su historia. Era
macanudo. La segunda vez que vino tocó que yo corría en karting una carrera, la
gané y salgo en una foto con él”. Esa segunda vez era justamente la
inauguración del asfaltado del Parque Ciudad de Río Cuarto. Para la fecha, la
competencia principal fue la Fórmula 1 Nacional, en categoría fuerza libre y
fuerza limitada, donde pilotos destacados como Jesús Iglesias y Enrique Sticoni
dijeron presente.
Pero además de
Fangio, el palco fierrero de lujo se completaba con Domingo Marimón, Oscar
Cabalén y José Froilán Gonzalez.
La Vuelta
A pesar de la
significancia de la inauguración del asfalto del autódromo, hubo un evento
previo que marcará el inicio de las grandes competencias organizadas por el
ACRC: La Vuelta de Río Cuarto, llevada a cabo el 5 de mayo de 1957. El
“circuito” para este tipo de prueba se extendía a la región y para la ocasión
totalizó 868 kilómetros, de los cuales 414 se realizaban en tierra y 454 en
caminos pavimentados.
La largada fue
desde el Parque Sarmiento hacia el norte, pasando Berrotarán hasta quebracho
donde se tomaba hacia Río Tercero y desde allí a Villa María. Se retornó hacia
el sudoeste a Río Cuarto pero continuando para La Carlota, Laboulaye,
comenzando un retorno por Vicuña Mackenna, Sampacho, San Basilio y finalmente
Río Cuarto, donde la Vuelta finalizó dentro del autódromo.
El ganador fue un
nombre histórico del automovilismo nacional: Juan Gálvez, a un promedio de 133
kilómetros por hora y quien tuvo de competidores a otros ilustres como Dante
Emilliozi, Daniel Musso y Jesús Ricardo Risatti.
En esa competencia
pasó desapercibido Félix Peduzzi, quien 7 años más tarde se convertiría en el
primer campeón de Turismo de Carretera en la ciudad.
Puede leer la nota
completa en la edición impresa de revista Contragolpe de agosto de 2012.
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