La historia no estaba a favor. De las últimas 10 ediciones,
los campeonatos provinciales de selecciones habían sido repartidos entre
Córdoba, San Francisco y Río Tercero. Sin embargo, la edición de 1998 vería a
un nuevo campeón: Río Cuarto. Basado en un gran esfuerzo dirigencial y del
cuerpo técnico, y gran compromiso de los jugadores para enfrentar una nueva
modalidad de torneo, el combinado dirigido por Adrián “Pelo” Ávila se quedaría
con el campeonato al vencer a San Francisco 2 a 1 en la serie final.
“Esto tuvo un mentor, que fue el señor Oscar Auzmendi”,
señala Ávila sobre la responsabilidad dirigencial en aquel logro. Auzmendi,
quien fue vicepresidente y presidente de la Federación Cordobesa de
Básquet y presidente del CEMBA 90
(Comité organizador del Mundial 1990 en nuestro país) -todo a finales de los
’80-, retornó a Río Cuarto para trabajar desde Fundemur y desde la Asociación
Riocuartense de Básquet. “El visionario y el motor fue Oscar que se quería dar
el gusto de ver si por primera vez juntábamos a todos los chicos en una
competencia que nos permitía trabajar con mucha seriedad”, agrega Ávila y
destaca también la figura de otro Oscar, Bonetto en este caso, que desde la
dirección de Fundemur apoyaron la campaña.
Juntar a todos “los chicos” significaba realizar una lista
de buena fe de 25 jugadores y después ver quiénes estaban disponibles para cada
encuentro ya que la modalidad del torneo fue modificada para ese año, siendo
muy diferente incluso a la de hoy, cuando dura sólo un fin de semana todo el
torneo. En aquel 1998, las 8 federaciones se dividieron en dos grupos (Oeste y
Este) y el ganador de cada grupo jugaría la final al mejor de 3 encuentros. Los
riocuartenses compartían el grupo con Córdoba, Río Tercero y Oliva.
“La fiesta inaugural se hizo aquí, nosotros debutábamos
contra Córdoba y, en ese momento, el único jugador que teníamos de la Liga
Nacional A era Fabián López y conformamos el equipo con chicos locales y que
estaban en Acción Juvenil, jugando en ese momento la Liga Nacional B”, rememora
Ávila sobre el debut en el Estadio Sudamericano del Parque Sarmiento, y añade:
“Entonces hicimos un ‘mix’ de jugadores que estaban jugando a nivel provincial,
de Acción Juvenil y el primero que podía sumarse a este proyecto era Fabián
(López). Debutamos aquí, perdimos por 20. Un palizón nos pegaron”.
Sin embargo esa modalidad de campeonato llevaba tiempo y el
tiempo es preparación. Al jugarse cada 15 días, el cuerpo técnico podía
planificar y revisar las posibilidades de cada jugador, además de poder entrenar.
Comenta el “Pelo” al respecto: “La preparación había sido con muy poquito
tiempo de anticipación: Habíamos estado nada más que una semana. El equipo era,
como se dice, un paisano de cada pueblo y entonces empezamos a trabajar en ese
receso”. Ya para el segundo partido, contra Río Tercero de visitante, se pudo
contar con Maximiliano Reale (la temporada 98/99 la jugó en Liga Nacional con
Olimpia de Venado Tuerto y la siguiente emigró a Europa), quien sumado a López
y los del aurinegro (Waler Muñoz, Ariel Bernabei y Silvio Leyría) forjaron la
base del equipo hasta las finales. En Río Tercero la victoria fue por dos
puntos, con dos tiros libres convertidos por López al final, y frente a figuras
como Pablo Prigioni, Carlos Colla y los hermanos Melo. El envión de la victoria
frente a un siempre candidato les sirvió para la vencer sin mayores
dificultades a Oliva.
Al iniciar la segunda ronda, los obstáculos fueron más que
deportivos. 2 hechos marcan, para el hoy ayudante técnico de Banda Norte, “la
calidad de ser humano que siempre hubo en el basquetbol de Río Cuarto”.
Primero, antes de viajar a Córdoba, fallece la madre de Walter Muñoz. Detalla
Ávila: “Por supuesto estaba excepto de ir, lo acompañamos en ese momento y él
me pidió jugar, fuimos, ahí tuvo él un gran partido, como todos, y ganamos de
nuevo en condición de visitante”. También, el viaje a Oliva se superpuso con el
día del Padre. “Imaginate que cada uno quería estar con su familia, y teníamos
que jugar”, menciona el “Pelo” y agrega: “Asique salimos de aquí como a las 3
de la tarde, porque se jugaba de noche, entonces fue muy poco el tiempo que
tuvimos, pero pudimos contar con el plantel y ganamos de nuevo”. Ya en ese
tiempo, otro jugador que se pudo sumar fue Aldo Risso, con experiencia en Liga
Nacional. La definición fue de local frente a Río Tercero y, como era de
esperar, el partido muy parejo. Fue victoria en tiempo suplementario de Río
Cuarto por 98 a 96, a pesar de los 33 puntos en contra de un tal Prigioni.
Puede leer la nota
completa en la edición impresa de revista Contragolpe de agosto de 2012.
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