jueves, 25 de octubre de 2012

Fútbol, pasión femenina


Hace tiempo que la pasión que enarbola al fútbol pasó a convertirse en una religión. Sobre todo en esta parte del planeta. Lo que provoca este deporte en la Argentina no lo genera ninguna otra disciplina deportiva y su arraigo lo ha transformado en la principal actividad social y cultural de los argentinos.
Pero así como el fútbol se constituye en la exaltación predilecta que une a millones de personas, hace rato que ha dejado de ser solo cosa de hombres. Rompiendo el paradigma de que el fútbol es solo para hombres y sin perder la feminidad1, las mujeres se constituyen como actores fundamentales del fútbol actual.
Hace alrededor de 120 años que las mujeres despliegan su talento y al igual que en los hombres su génesis se produjo en Inglaterra. El fútbol femenino es una disciplina que con pasión hace más de un siglo cautiva a mujeres de diversas partes del planeta.
A pesar de su aspecto amateur y el escaso acompañamiento para profesionalizar la actividad, el fútbol femenino argentino expande su presencia sin límites a lo largo y lo ancho del país. Y Río Cuarto no es la excepción.  Desde hace varias décadas las mujeres riocuartenses despliegan su talento en los potreros de la ciudad. Mientras que en los últimos años un grupo de chicas que representan a la Universidad Nacional de Río Cuarto se esfuerzan para engrandecer la actividad en la ciudad.

Los inicios
Los documentos históricos coinciden en confirmar que el comienzo del fútbol femenino empezó a gestarse en 1894. Fue ese año cuando la inglesa Nettie Honeyball publicó un aviso en los diarios buscando jugadoras para formar un equipo de fútbol. Al no encontrar interesadas decidió salir a las calles a buscarlas y sumó treinta adeptas. Un año después nació el British Ladies’ Football Club, el primer equipo de fútbol femenino que la historia ha reconocido2.
En noviembre de 1895, el día de la presentación oficial del equipo femenino, Nettie dijo ante miles de espectadores que las mujeres “no eran ornamentos y que todo contribuía a reconocer que la emancipación era posible, tan posible como la esperanza de ver a las mujeres decidiendo en el Parlamento”3.
Por su parte, el periódico Jarrow Express publicó: “El club de fútbol femenino ha jugado su primer partido y esperamos que sea el último. Siempre habrá curiosidad por ver a mujeres haciendo cosas poco femeninas y no es de extrañar que el partido haya contado con una multitud de espectadores pero ¿a quiénes de esos espectadores les gustaría que sus hermanas o hijas estuvieran en el campo de fútbol?”4. Pero a pesar del poco entusiasmo que generó la idea impulsada por Nettie Honeyball en la Inglaterra victoriana, las mujeres inglesas se constituyeron como la semilla fundacional de una actividad que no para de crecer.
La Primera Guerra Mundial fue clave en la masificación del fútbol femenino en Inglaterra. Durante el conflicto bélico la mujer se introdujo masivamente en la fuerza laboral debido a que muchos hombres salieron al campo de batalla. En ese contexto fueron las mujeres las que comenzaron a jugar en los equipos de fútbol de las fábricas que hasta ese entonces eran privilegio de los varones.


Expansión y popularidad
A pesar del rechazo de la Federación Inglesa de Fútbol (FA) en reconocer al fútbol femenino como tal, las mujeres inglesas no se dieron por vencidas y conformaron la English Ladies Football Association. Los inicios fueron difíciles debido al boicot que las llevó a jugar en canchas de rugby y a otras no afiliadas a la FA. Pero significó la institucionalización de la disciplina deportiva que empezaba a contar con cada vez más seguidoras.
Luego de la Copa del Mundo Inglaterra 1966, al observar el interés de las aficionadas, la FA decidió crear en 1969 el campeonato femenino. Este reconocimiento a las mujeres en la tierra en donde surgió el fútbol femenino iba a significar un cambio estructural de la disciplina a nivel mundial. Llegaba el momento de la expansión y la popularidad en diversos países.
Esto llevo a que en 1970 se organice el primer Mundial de fútbol femenino en Italia. El ganador fue Dinamarca que venció en la final al elenco local. El conjunto danés también fue campeón del campeonato desarrollado al año siguiente en México. Pero a pesar de constituirse en las primeras expresiones de carácter ecuménico, ambas competencias no son reconocidas por la FIFA porque el ente rector del fútbol mundial no estuvo a cargo de la organización.
La desorganización ante la falta de apoyo oficial provocó la desaparición de los campeonatos mundiales. Tuvieron que pasar dos décadas para que las mujeres cuenten con su torneo. Esta vez sí apoyadas por la FIFA.
Bajo la presidencia del brasileño Joao Havelange, la FIFA instauró a partir de 1991 el primer Mundial femenino. El mismo se disputó en China y el campeón fue el equipo que estaba dando los primeros pasos de una auténtica potencia mundial: Estados Unidos.
Ese primer torneo representó la consolidación definitiva del fútbol femenino. Registros oficiales de la FIFA demuestran que en 1991 había en el mundo 4 millones de jugadoras federadas. En la actualidad suma alrededor de 40 millones.
Además de generar furor, la realización de la Copa del Mundo llevó a que la disciplina comience a tomar jerarquía en distintos países del mundo.  Con diez millones de jugadoras federadas  Estados Unidos se presenta como la asociación modelo del fútbol femenino y son los números los encargados de demostrar esta realidad. El conjunto norteamericano suma en sus vitrinas dos campeonatos del mundo y en cinco Juegos Olímpicos disputados (se instauraron en Atlanta 1996) suma cuatro medallas de oro y una de plata.
Pero, además de las estadounidenses, aparecen otros países que han evolucionado y con su juego han llegado hasta la cumbre del futbol femenino mundial. Alemania, China, Japón y los nórdicos Noruega y Suecia aparecen como los países que han solidificado el fútbol femenino a lo largo de estos años.
De las potencias futbolísticas sudamericanas sólo Brasil ha consolidado su desarrollo. Fortaleció su liga femenina y proyectó su selección a nivel internacional. La verdeamrelha fue tercera en el Mundial de Estados Unidos 1999 y subcampeón en China 2007. Además, cuenta entre sus filas con Marta Vieira Da Silva, conocida simplemente como Marta y que ha sido galardonada con el FIFA Balón de Oro en cinco oportunidades consecutivas. Es un placer verla jugar y gracias al magnífico sitio de internet Youtube el que se lo dispone la puede disfrutar.
En Argentina, a pesar de contar desde 1991 con el Campeonato de Fútbol Femenino, la realidad es distinta. El escaso acompañamiento afecta en el crecimiento y la proyección del fútbol femenino nacional. Pero a pesar de estas dificultades, las chicas argentinas se esfuerzan para seguir elevando el nivel de su juego.

Puede leer la nota completa en la edición impresa de revista Contragolpe de agosto de 2012.

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