jueves, 25 de octubre de 2012

El atleta con sueños de igualdad


A Orlando Alonso Martin le arrebataron la vida muy temprano. Fue una de las tantas víctimas de ese perverso sistema llevado a cabo por personas que ostentaban poder y que fueron hasta las últimas consecuencias para instaurar su orden social. Orlando tenía apenas 22 años y su pecado fue haber sido un militante social con ideales opuestos a los de aquellos asesinos. Ideales que profesaban un mundo justo e igualitario.
Nacido en Coronel Moldes el 15 de enero de 1953, fue secuestrado por el grupo de Tareas de la Alianza Anticomunista Argentina (AAA). Faltaban tres meses para que emergiera el genocida Proceso de Reorganización Nacional pero el plan de exterminio ya había comenzado. Durante un tiempo se contacto con ellos mientras permanecía en la clandestinidad pero el 12 de diciembre de 1975 perdió para siempre el contacto con su familia. Fue Atilio Tazzioli, amigo de Orlando, quien le comunicó a la familia sobre su desaparición.
“Pichi”, como lo llamaban sus seres queridos, nació en el seno de una familia con un fuerte arraigo político y decidió ir a estudiar Ingeniería en Geología a la ciudad de Córdoba. En la capital provincial, con apenas 19 años,  comenzó a militar en el Partido Revolucionario de los Trabajadores -PRT- y cuando pasó a la clandestinidad se afilió al Ejército Revolucionario del Pueblo -ERP- (se estima que un total de 10.000 militantes del ERP fueron desaparecidos durante la última dictadura militar).
Si bien no desapareció durante el golpe militar que inició en marzo de 1976, Orlando Martin es un desaparecido político y en la extensa y tétrica lista de la CONADEP aparece como el número 3149 y su legajo es el 5913. Junto a él aparecen Enrique Bianco y Carla Berta Perassi, dos compañeros de la escuela primaria Nicolás Avellaneda de Coronel Moldes, que también fueron secuestrados y desaparecidos por pensar diferente en esa época oscura que atravesó a la Argentina en la década del setenta.
 “Ya pasó mucho tiempo. A la bronca y al rencor uno lo va dejando de lado y empieza a conservar los buenos recuerdos. Él me llevaba cuatro años de diferencia. Cuando llegamos a la edad en la que comenzamos a ser amigos más allá de hermanos, esa etapa en la que el diálogo comienza a ser más frecuente, llega el período en que él  tuvo que pasar a la clandestinidad. Fue una etapa muy dura que termina cuando lo secuestran en diciembre de 1975”, cuenta Daniel Martin, hermano menor de Orlando.
Y agrega: “Cuando mi hermano pasa a la clandestinidad yo me entero antes que mis padres porque estaba junto a él en Córdoba. Yo siempre digo que a mí me salvo Reutemann porque era un domingo a la mañana y me fui a ver una carrera a lo de mis tíos. A las dos de la tarde me llama diciendo que no vuelva a casa porque la habían allanado. Pasaron veinte días hasta que volvimos a tener noticias suyas. En un año lo vi tres veces. En Coronel Moldes se comenzaron a decir muchas cosas. Que volvía disfrazado al pueblo, entre otras. Nada que ver. Siempre anduvo igual”.

Atleta y futbolista
Orlando Alonso Martin tuvo una pasión: el deporte. Y durante su etapa de adolescencia y juventud practicó atletismo y fútbol. 
Cuando cursaba el secundario en el Colegio Nacional de Coronel Moldes practicó atletismo destacándose en carreras y salto en alto.

Puede leer la nota completa en la edición impresa de revista Contragolpe de agosto de 2012.

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