Cuando Edgardo
Andrada pisó por primera vez el verde césped del estadio Ciudad de Río Cuarto, defendiendo
el arco de Rosario Central, su figura futbolística se mantenía en el anonimato,
aunque, a lo mejor, en ésa época en donde los golpes de Estado por parte de los
militares estaban al orden del día, su inclinación ideológica ya comenzaba a
consolidarse.
No hay datos
concretos que permitan conocer el surgimiento de sus ideales, pero sí se sabe,
aunque la Justicia argentina lo desestime, que Andrada, conocido como el Gato por sus virtudes como arquero, fue Personal
Civil de Inteligencia del Ejército (PCI) durante la última dictadura militar,
en donde se hacía llamar Antelo.
Son sus
sobrenombres los que permiten conocer las dos caras de Edgardo Andrada. Por un
lado, eximio arquero que defendió las casacas de Rosario Central, Vasco da Gama
de Brasil, Colón de Santa Fe y Renato Cesarini de Rosario. Por el otro,
represor, que recibía órdenes de Reynaldo Bignone, acusado por el secuestro y
asesinato de los militantes peronistas Osvaldo Cambiasso y Eduardo Pereyra
Rossi.
Como bien lo
describió el notable periodista Gustavo Veiga, la vida de Andrada puede parecer
cinematográfica. Aunque lamentablemente es real. Su nombre alcanzó el umbral
mundial cuando, en 1969, Pelé le marcó el gol 1000 de su carrera. Era arquero
del Vasco da Gama y nada pudo hacer para impedir que el “10” del Santos siga
haciendo historia.
Edgardo Andrada comenzó
su carrera futbolística en Rosario Central, institución en la que desarrolló
una rica historia profesional. Debutó como profesional el 15 de mayo de 1960 y
disputó 284 encuentros, en lo que se constituye como el arquero con más
presencia en la valla rosarina. Su gran presente en Rosario Central permitió
que lo convocaran a la Selección Argentina. En la “albiceleste” disputó ocho
cotejos oficiales y fue el arquero titular en la Copa América Bolivia 1963.
Con la casaca del
“canalla” visitó dos veces Río Cuarto para enfrentar en una serie de amistosos
a Asociación Atlética Estudiantes. Fue en los primeros años de la década del
sesenta, cuando comenzaba demostrar las virtudes de un Gato y aún faltaba tiempo para que se transformara en Antelo.
El 2 de septiembre
de 1962 mantuvo su valla invicta en el encuentro que el elenco rosarino - que
contaba en el plantel con César Luis Menotti - derrotó 3 a 0 al “celeste” que tenía
entre sus filas a grandes jugadores como Antonio y Salvador Sisalli, Miguel
Laciar y Julio Argentino Rivero. La segunda visita fue el 6 de septiembre de
1964. En esa oportunidad, Rosario Central - en donde ya jugaba Aldo Pedro Poy -
derrotó 3 a 2 a un combinado formado por jugadores de Estudiantes y Sportivo Atenas.
Era el prólogo auspicioso del futbolista cuyo epílogo iba a estar manchado con
sangre.
Puede leer la nota
completa en la edición impresa de revista Contragolpe de septiembre de 2012.
No hay comentarios:
Publicar un comentario