jueves, 25 de octubre de 2012

El arquero represor


Cuando Edgardo Andrada pisó por primera vez el verde césped del estadio Ciudad de Río Cuarto, defendiendo el arco de Rosario Central, su figura futbolística se mantenía en el anonimato, aunque, a lo mejor, en ésa época en donde los golpes de Estado por parte de los militares estaban al orden del día, su inclinación ideológica ya comenzaba a consolidarse.
No hay datos concretos que permitan conocer el surgimiento de sus ideales, pero sí se sabe, aunque la Justicia argentina lo desestime, que Andrada, conocido como el Gato por sus virtudes como arquero, fue Personal Civil de Inteligencia del Ejército (PCI) durante la última dictadura militar, en donde se hacía llamar Antelo.
Son sus sobrenombres los que permiten conocer las dos caras de Edgardo Andrada. Por un lado, eximio arquero que defendió las casacas de Rosario Central, Vasco da Gama de Brasil, Colón de Santa Fe y Renato Cesarini de Rosario. Por el otro, represor, que recibía órdenes de Reynaldo Bignone, acusado por el secuestro y asesinato de los militantes peronistas Osvaldo Cambiasso y Eduardo Pereyra Rossi.
Como bien lo describió el notable periodista Gustavo Veiga, la vida de Andrada puede parecer cinematográfica. Aunque lamentablemente es real. Su nombre alcanzó el umbral mundial cuando, en 1969, Pelé le marcó el gol 1000 de su carrera. Era arquero del Vasco da Gama y nada pudo hacer para impedir que el “10” del Santos siga haciendo historia.
Edgardo Andrada comenzó su carrera futbolística en Rosario Central, institución en la que desarrolló una rica historia profesional. Debutó como profesional el 15 de mayo de 1960 y disputó 284 encuentros, en lo que se constituye como el arquero con más presencia en la valla rosarina. Su gran presente en Rosario Central permitió que lo convocaran a la Selección Argentina. En la “albiceleste” disputó ocho cotejos oficiales y fue el arquero titular en la Copa América Bolivia 1963.
Con la casaca del “canalla” visitó dos veces Río Cuarto para enfrentar en una serie de amistosos a Asociación Atlética Estudiantes. Fue en los primeros años de la década del sesenta, cuando comenzaba demostrar las virtudes de un Gato y aún faltaba tiempo para que se transformara en  Antelo.
El 2 de septiembre de 1962 mantuvo su valla invicta en el encuentro que el elenco rosarino - que contaba en el plantel con César Luis Menotti - derrotó 3 a 0 al “celeste” que tenía entre sus filas a grandes jugadores como Antonio y Salvador Sisalli, Miguel Laciar y Julio Argentino Rivero. La segunda visita fue el 6 de septiembre de 1964. En esa oportunidad, Rosario Central - en donde ya jugaba Aldo Pedro Poy - derrotó 3 a 2 a un combinado formado por jugadores de Estudiantes y Sportivo Atenas. Era el prólogo auspicioso del futbolista cuyo epílogo iba a estar manchado con sangre.

Puede leer la nota completa en la edición impresa de revista Contragolpe de septiembre de 2012.

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