jueves, 25 de octubre de 2012

Correr en lo alto


Su llegada al atletismo fue casual. O al menos “sin querer”, como lo define ella misma. Susana Benítez, riocuartense, 34 años, comenzó a correr un día y fue allí que se dio cuenta de que eso que estaba haciendo era lo suyo. “Empecé atletismo para bajar de peso. Al mes ya estaba mirando una carrera. Empecé a bajar de peso y corría todos los días porque soy muy constante”, cuenta Benítez y agrega: “Corría en el Polideportivo y da la casualidad que estaba un entrenador, me vio, me llamó y me dijo 'vos tenés potencial'. Después me empezó a entrenar y dice 'te va a gustar', me llevó a una carrera, fui a verla y así empecé. Me re enganché”.
Si bien antes de meterse en el mundo del atletismo Benitez hacía deportes, no se especializó en ninguno, aunque destaca que siempre tuvo muchas condiciones aeróbicas. Ya inmersa en las competiciones fue tomando conocimiento del universo de las carreras y así, empezó a tomar conocimientos de las contendientes, a quienes primero tuvo de ídolos y después de rivales: “Tenía de ídolo a Elisa Cobanea, amaba el cuerpo que tenía en el tema muscular. Y bueno, ni hablar en el exterior, todo lo que son las keniatas, que son las ídolos mías. Pero en ese momento que yo comencé a correr mis ídolos eran las chicas que yo les he ganado. Ni te imaginás la emoción que he tenido cuando les gané, o por lo menos cuando salía segunda. Más de una vez me ha jugado en contra esa situación”, ilustra Benítez.
Una vez demostrada su capacidad y su condición de atleta, conseguir un entrenador de calidad se hizo más fácil. Así llegó al keniata Ishmael Langat. Benítez cuenta el proceso: “Para agosto de 2010 me invitan a hacer una pretemporada a Salta con una chica que iba en busca de una marca olímpica para ir a Londres, porque necesitaba a alguien que la acompañara para hacer el entrenamiento para fondo. Yo intento acomodar todo en mi casa y voy. Ahí fue cuando conocí a Ishmael, en Salta. Él me vio las condiciones que yo tenía, lo pensó y después, de sorpresa, recibo un llamado de él y me dice 'te voy a entrenar' porque yo en ese momento no tenía entrenador. Me entrena a porque sabe que yo soy muy constante, porque sabe que yo le voy a hacer el entrenamiento, no le voy a mentir.
¿Cómo es un día de entrenamiento?, ¿en qué consiste?
Empezamos con un buen descanso: tenemos que lograr dormir 8 horas para poder tener un buen entrenamiento. En invierno, entreno a las 9 o a las 10 de la mañana. Por lo general es una hora y media de entrenamiento. Una entrada en calor me lleva media hora y después el trabajo me lleva una hora. Después, elongación, media hora o más según los días. Después, a la tarde se vuelve a salir a las 4 y media, 5 de nuevo, según el tiempo y es otra hora más. Por lo general, yo, que estoy entrenando a alto nivel, de los 7 días son 5 doble turno y tenés dos días que haces 20 kilómetros, 15 kilómetros en un solo turno. Yo descanso cada 10 días.
¿Es difícil conseguir auspiciantes?
Sí. Yo perdí entrar a Adidas porque tuve dos carreras que quedé cuarta, fue porque hice un descanso y recién volvía de la pretemporada. Y ellos quieren ‘primero’, ‘primero’, ‘primero’. A no ser que vos logres una marca para ir a un juego olímpico o a un panamericano, que vas derecho.

Puede leer la nota completa en la edición impresa de revista Contragolpe de septiembre de 2012

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