Su llegada al
atletismo fue casual. O al menos “sin querer”, como lo define ella misma. Susana
Benítez, riocuartense, 34 años, comenzó a correr un día y fue allí que se dio
cuenta de que eso que estaba haciendo era lo suyo. “Empecé atletismo para bajar de peso.
Al mes ya estaba mirando una carrera. Empecé a bajar de peso y corría todos los
días porque soy muy constante”, cuenta Benítez y agrega: “Corría en el
Polideportivo y da la casualidad que estaba un entrenador, me vio, me llamó y
me dijo 'vos tenés potencial'. Después me empezó a entrenar y dice 'te va a
gustar', me llevó a una carrera, fui a verla y así empecé. Me re enganché”.
Si bien antes de meterse en el mundo
del atletismo Benitez hacía deportes, no se especializó en ninguno, aunque
destaca que siempre tuvo muchas condiciones aeróbicas. Ya inmersa en las competiciones
fue tomando conocimiento del universo de las carreras y así, empezó a tomar
conocimientos de las contendientes, a quienes primero tuvo de ídolos y después
de rivales: “Tenía de ídolo a Elisa Cobanea, amaba el cuerpo que tenía en el
tema muscular. Y bueno, ni hablar en el exterior, todo lo que son las keniatas,
que son las ídolos mías. Pero en ese momento que yo comencé a correr mis ídolos
eran las chicas que yo les he ganado. Ni te imaginás la emoción que he tenido
cuando les gané, o por lo menos cuando salía segunda. Más de una vez me ha
jugado en contra esa situación”, ilustra Benítez.
Una vez demostrada su capacidad y su
condición de atleta, conseguir un entrenador de calidad se hizo más fácil. Así
llegó al keniata Ishmael Langat. Benítez cuenta el proceso: “Para agosto de
2010 me invitan a hacer una pretemporada a Salta con una chica que iba en busca
de una marca olímpica para ir a Londres, porque necesitaba a alguien que la
acompañara para hacer el entrenamiento para fondo. Yo intento acomodar todo en
mi casa y voy. Ahí fue cuando conocí a Ishmael, en Salta. Él me vio las
condiciones que yo tenía, lo pensó y después, de sorpresa, recibo un llamado de
él y me dice 'te voy a entrenar' porque yo en ese momento no tenía entrenador. Me
entrena a porque sabe que yo soy muy constante, porque sabe que yo le voy a
hacer el entrenamiento, no le voy a mentir.
¿Cómo es un día
de entrenamiento?, ¿en qué consiste?
Empezamos con un buen descanso:
tenemos que lograr dormir 8 horas para poder tener un buen entrenamiento. En
invierno, entreno a las 9 o a las 10 de la mañana. Por lo general es una hora y
media de entrenamiento. Una entrada en calor me lleva media hora y después el
trabajo me lleva una hora. Después, elongación, media hora o más según los
días. Después, a la tarde se vuelve a salir a las 4 y media, 5 de nuevo, según
el tiempo y es otra hora más. Por lo general, yo, que estoy entrenando a alto
nivel, de los 7 días son 5 doble turno y tenés dos días que haces 20
kilómetros, 15 kilómetros en un solo turno. Yo descanso cada 10 días.
¿Es difícil
conseguir auspiciantes?
Sí. Yo perdí entrar a Adidas porque
tuve dos carreras que quedé cuarta, fue porque hice un descanso y recién volvía
de la pretemporada. Y ellos quieren ‘primero’, ‘primero’, ‘primero’. A no ser
que vos logres una marca para ir a un juego olímpico o a un panamericano, que
vas derecho.
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