martes, 7 de agosto de 2012

El deportista del siglo


Es el álbum de los recuerdos de Oscar Alfonso el que demuestra su extensa y rica trayectoria deportiva. Confeccionado por él mismo, ése registro permite dejar vivo aquellos momentos inolvidables de uno de los mejores deportistas que dio la ciudad de Río Cuarto.
Artículos periodísticos que comienzan a tonalizarse color sepia, fotos de todas las épocas e innumerables momentos y personas que por siempre quedarán perpetuas brotan de ese archivo que permite comprender no sólo la vida deportiva de uno de los exponentes más significativos que tuvo la ciudad sino también la añoranza de una época en donde la práctica deportiva conjugaba una serie de valores que con el correr del tiempo se han desvanecido. Otros tiempos que permanecen vivos con la presencia y el recuerdo que esboza Oscar Alfonso.
“El deporte ha sido todo para mí. Me dio muchas satisfacciones y me permitió vivir momentos inolvidables. Además me posibilitó hacer muchos amigos me posibilitó y viajar a diferentes lugares de la Argentina y Sudamérica”, dice Oscar Alfonso, quien no se olvida del importante acompañamiento de su esposa a lo largo de su carrera deportiva: “Si naciera de nuevo me casaría con la misma mujer. Siempre me acompañó, en las buenas y en las malas”.
Nacido el 14 de junio de 1928 en la ciudad de Río Cuarto y con más de 70 años vinculado al deporte, su carrera deportiva quedó registrada por siempre en la historia riocuartense por caracterizarse un deportista todo terreno. En simultáneo, y demostrando brillantes desempeños, practicó fútbol, basquetbol y bochas.

Una formidable trayectoria
Comenzó su actividad deportiva en Sportivo y Biblioteca Atenas en la década del cuarenta. Pero tras un breve período en la institución de Avenida Marconi se trasladó hacia el Club Gorriones para jugar a las bochas - tuvo un previo paso por Deportivo Oeste - y al basquetbol. La institución de calle Alberdi se transformaría en su hogar y en ella Alfonso cosecharía importantes logros deportivos.
Fue en Asociación Atlética Estudiantes en donde empezó a practicar fútbol, luego de que un dirigente de Atenas le manifestara que no era bueno para desempeñarse como futbolista. En el “celeste” formó parte de los inolvidables cadetes que marcaron un antes y un después en la historia de la institución de Avenida España.
“Tenía mucha voluntad para entrenar y siempre tuve una mentalidad ganadora”, aclara Oscar cuando se le pregunta cuáles fueron sus claves para poder destacarse en las tres disciplinas deportivas.
“Siempre me preguntan cuál era mi disciplina favorita y siempre digo que el deporte que disputaba era el que me gustaba. En las tres disciplinas puse todo lo que podría ofrecer para dar lo mejor de mí”, cuenta Alfonso mientras recuerda que llegó integrar los selectivos de básquet, bochas y fútbol de la ciudad de Río Cuarto.
El año 1959 será recordado por siempre por el ambiente deportivo de la ciudad de Río Cuarto. En esa temporada Alfonso logró el hecho histórico de consagrarse campeón en cada una de las disciplinas que participaba. En fútbol fue campeón con Asociación Atlética Estudiantes mientras que en básquet y bochas se consagró  con Gorriones. “Era un locura”, dice sonriente Oscar para luego aclarar que jugaba al básquet los viernes y al fútbol los domingos, mientras que alternaba los días de la semana para competir a las bochas. Un deportista de calendario completo que llenó sus vitrinas de gloria.

Su vida junto al fútbol
Luego de debutar con la casaca de Estudiantes recaló en Talleres de Las Higueras, equipo al que llegó a formar parte por trabajar en el  Área Material y en donde compartió equipo con el gran Anacleto Peano (también tuvo una fugaz participación en Independiente Rivadavia de Mendoza, equipo en el que jugó cuando fue hacer la colimba a la provincia cuyana).
En 1954, con 25 años, se incorporó a Quilmes de la provincia de Buenos Aires. “Recuerdo que mi debut fue ante Gimnasia de La Plata de visitante, ganamos 2 a 1 y tuve un buen desempeño. Me fui de grande y fue un cambio rotundo en mi vida. No me fue muy bien porque era mucho sacrificio el que tenía que hacer ya que estaba casado con dos hijos y además debía trabajar en el Área Material de Quilmes. Pero fue una muy linda experiencia porque conocí otras maneras de jugar al fútbol y otras maneras de hacer fútbol”, recuerda Oscar Alfonso.
Luego de su incursión en una de las instituciones señeras del fútbol argentino vistió las casacas de Deportivo Argentino de Monte Maíz y Libertad de Canals para luego regresar definitivamente a Asociación Atlética Estudiantes.

Un grande en bochas y básquet
Oscar Alfonso empezó su recorrido junto al básquetbol en Sportivo Atenas en donde estuvo un año. Después jugó en Gorriones donde permaneció hasta 1948, fue cedido a Central Argentino, club en el que permaneció hasta que tuvo que irse a Mendoza para cumplir con el servicio militar.
De regreso en Río Cuarto retornó a Gorriones en donde se consolidó como uno de los eslabones claves de un equipo que marcó una época en el básquetbol riocuartense. “Teníamos un equipo muy competitivo y estuvimos muchos años invictos”, recuerda Oscar quien resalta que su deuda pendiente con el básquet es no haber podido consagrarse campeón provincial con la Selección de Río Cuarto.
Con más de treinta títulos, las bochas aparecen como el deporte que elevó la figura de Oscar Alfonso en el imaginario deportivo de la ciudad de Río Cuarto y al igual que en las otras disciplinas, también comenzó su carrera en Sportivo Atenas. Luego de su comienzo en la entidad de Avenida Marconi pasó por Deportivo Oeste para recalar en Gorriones, club que se transformaría en su casa.  

Puede leer la nota completa en la edición impresa de revista Contragolpe de junio de 2012.

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