Es el álbum de los recuerdos de Oscar Alfonso
el que demuestra su extensa y rica trayectoria deportiva. Confeccionado por él
mismo, ése registro permite dejar vivo aquellos momentos inolvidables de uno de
los mejores deportistas que dio la ciudad de Río Cuarto.
Artículos periodísticos que comienzan a
tonalizarse color sepia, fotos de todas las épocas e innumerables momentos y
personas que por siempre quedarán perpetuas brotan de ese archivo que permite
comprender no sólo la vida deportiva de uno de los exponentes más
significativos que tuvo la ciudad sino también la añoranza de una época en
donde la práctica deportiva conjugaba una serie de valores que con el correr
del tiempo se han desvanecido. Otros tiempos que permanecen vivos con la
presencia y el recuerdo que esboza Oscar Alfonso.
“El deporte ha sido todo para mí. Me dio muchas
satisfacciones y me permitió vivir momentos inolvidables. Además me posibilitó hacer
muchos amigos me posibilitó y viajar a diferentes lugares de la Argentina y
Sudamérica”, dice Oscar Alfonso, quien no se olvida del importante
acompañamiento de su esposa a lo largo de su carrera deportiva: “Si naciera de
nuevo me casaría con la misma mujer. Siempre me acompañó, en las buenas y en
las malas”.
Nacido el 14 de junio de 1928 en la ciudad
de Río Cuarto y con más de 70 años vinculado al deporte, su carrera deportiva
quedó registrada por siempre en la historia riocuartense por caracterizarse un
deportista todo terreno. En simultáneo, y demostrando brillantes desempeños,
practicó fútbol, basquetbol y bochas.
Una
formidable trayectoria
Comenzó su actividad deportiva en Sportivo
y Biblioteca Atenas en la década del cuarenta. Pero tras un breve período en la
institución de Avenida Marconi se trasladó hacia el Club Gorriones para jugar a
las bochas - tuvo un previo paso por Deportivo Oeste - y al basquetbol. La
institución de calle Alberdi se transformaría en su hogar y en ella Alfonso
cosecharía importantes logros deportivos.
Fue en Asociación Atlética Estudiantes en
donde empezó a practicar fútbol, luego de que un dirigente de Atenas le
manifestara que no era bueno para desempeñarse como futbolista. En el “celeste”
formó parte de los inolvidables cadetes que marcaron un antes y un después en
la historia de la institución de Avenida España.
“Tenía mucha voluntad para entrenar y siempre
tuve una mentalidad ganadora”, aclara Oscar cuando se le pregunta cuáles fueron
sus claves para poder destacarse en las tres disciplinas deportivas.
“Siempre me preguntan cuál era mi
disciplina favorita y siempre digo que el deporte que disputaba era el que me
gustaba. En las tres disciplinas puse todo lo que podría ofrecer para dar lo
mejor de mí”, cuenta Alfonso mientras recuerda que llegó integrar los
selectivos de básquet, bochas y fútbol de la ciudad de Río Cuarto.
El año 1959 será recordado por siempre por
el ambiente deportivo de la ciudad de Río Cuarto. En esa temporada Alfonso logró
el hecho histórico de consagrarse campeón en cada una de las disciplinas que
participaba. En fútbol fue campeón con Asociación Atlética Estudiantes mientras
que en básquet y bochas se consagró con
Gorriones. “Era un locura”, dice sonriente Oscar para luego aclarar que jugaba
al básquet los viernes y al fútbol los domingos, mientras que alternaba los
días de la semana para competir a las bochas. Un deportista de calendario
completo que llenó sus vitrinas de gloria.
Su
vida junto al fútbol
Luego de debutar con la casaca de
Estudiantes recaló en Talleres de Las Higueras, equipo al que llegó a formar
parte por trabajar en el Área Material y
en donde compartió equipo con el gran Anacleto Peano (también tuvo una fugaz
participación en Independiente Rivadavia de Mendoza, equipo en el que jugó
cuando fue hacer la colimba a la
provincia cuyana).
En 1954, con 25 años, se incorporó a
Quilmes de la provincia de Buenos Aires. “Recuerdo que mi debut fue ante
Gimnasia de La Plata de visitante, ganamos 2 a 1 y tuve un buen desempeño. Me
fui de grande y fue un cambio rotundo en mi vida. No me fue muy bien porque era
mucho sacrificio el que tenía que hacer ya que estaba casado con dos hijos y
además debía trabajar en el Área Material de Quilmes. Pero fue una muy linda
experiencia porque conocí otras maneras de jugar al fútbol y otras maneras de
hacer fútbol”, recuerda Oscar Alfonso.
Luego de su incursión en una de las
instituciones señeras del fútbol argentino vistió las casacas de Deportivo
Argentino de Monte Maíz y Libertad de Canals para luego regresar
definitivamente a Asociación Atlética Estudiantes.
Un
grande en bochas y básquet
Oscar Alfonso empezó su recorrido junto al
básquetbol en Sportivo Atenas en donde estuvo un año. Después jugó en Gorriones
donde permaneció hasta 1948, fue cedido a Central Argentino, club en el que
permaneció hasta que tuvo que irse a Mendoza para cumplir con el servicio
militar.
De regreso en Río Cuarto retornó a
Gorriones en donde se consolidó como uno de los eslabones claves de un equipo
que marcó una época en el básquetbol riocuartense. “Teníamos un equipo muy
competitivo y estuvimos muchos años invictos”, recuerda Oscar quien resalta que
su deuda pendiente con el básquet es no haber podido consagrarse campeón
provincial con la Selección de Río Cuarto.
Con más de treinta títulos, las bochas
aparecen como el deporte que elevó la figura de Oscar Alfonso en el imaginario
deportivo de la ciudad de Río Cuarto y al igual que en las otras disciplinas,
también comenzó su carrera en Sportivo Atenas. Luego de su comienzo en la
entidad de Avenida Marconi pasó por Deportivo Oeste para recalar en Gorriones,
club que se transformaría en su casa.
Puede leer la
nota completa en la edición impresa de revista Contragolpe de junio de 2012.
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