Agosto
será nuevamente un mes histórico para el deporte de Río Cuarto y en especial
para el básquetbol en la rama femenina. Es que una jovencita, nacida en estas
tierras el 29 de diciembre de 1994, elevará las banderas de la ciudad y de
Asociación Atlética Banda Norte, y también la insignia nacional cuando vista
nada más y nada menos que la camiseta de la Selección Argentina en el certamen
Fiba Américas-Premundial U18 que se disputará en la localidad de Burago, de la
hermosa Puerto Rico.
Se
trata de Naomi Larriestra, jugadora del “verde”, que después de tanto trabajar
se convirtió en una de las doce integrantes del plantel nacional que dirige
Hernán Amaya. Simple y sencilla pero con objetivos claros y concretos, así se
muestra mientras dialoga con los periodistas de Contragolpe. No deja de lado algún nerviosismo que le ocasionan los
grabadores, micrófonos y las luces del flash pero rápidamente se adapta, tal
cual lo hiciera tantas veces viajando al CeNARD, Centro Nacional de Alto
Rendimiento Deportivo, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, para intervenir
en las concentraciones “albicelestes”.
“Juego
al básquet desde los once años, empecé cuando el entrenador era Guillermo
Finino. Hice las categorías preinfantil e infantil y después pase a entrenar
con el “lalo” (por Eduardo Sturniolo) y ahora sigo entrenando con ellos”,
señala inicialmente la chica de 17 años que siempre se calzó la casaca del
Parque Sarmiento.
Seis
años dentro de la disciplina no es casual ya que siempre estuvo vinculada al
deporte por una cuestión propia y de iniciativa familiar. “Jugué muchos
deportes porque a mi papá le gustaba que hiciera algo físico. Hice natación –cinco
años-, vóley y también fútbol femenino cuando viví en Estados Unidos por temas
laborales de mi padre (NdR: entre los 3 y 10 años de edad)”.
El salto a la
selección
Si
bien su puesto es ala, las excepcionales condiciones que la caracterizan le
permiten desempeñarse como ala-pivote o pivote, pese a su 1,75 metros de altura,
en el ámbito local y provincial. El talento y la magia no tienen techo y quizás
por eso la vida y el básquet le permiten soñar con algo más en su carrera como
deportista. Larriestra afrontó su primera concentración nacional este año,
puntualmente a principios de marzo. Luego superó seis etapas, siendo las dos
últimas las que definieron el plantel: “de 23 pasamos a ser 14 y en la última
de 14 pasamos a ser 12, que es el equipo definitivo. O sea que en total sacaron
a 11 jugadoras”, explica respecto del sistema de conformación.
Su
llegada a la concentración nacional no deja de ser una historia particular tal
cual suele ocurrir en algunas ocasiones, a tal punto que ella nunca conoció a ciencia
cierta –se enteró cuando se integró a la “albiceleste”- cómo fue que se supieron
de sus performances: “el presidente de ACOFEBA (Asociación Cordobesa de
Básquetbol Femenino), Manuel Valdés, habló muy bien de mí y allí escucharon mi
nombre. Después me empezaron a ver en los campeonatos argentinos y una cosa que
me enteré hace poco es que mi entrenador le pasaba al técnico de la selección
videos de mi juego”, dice sonriente.
Puede leer la nota completa en la edición impresa
de revista Contragolpe de julio de 2012.
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