martes, 7 de agosto de 2012

Audaz se eleva, en vuelo triunfal


Agosto será nuevamente un mes histórico para el deporte de Río Cuarto y en especial para el básquetbol en la rama femenina. Es que una jovencita, nacida en estas tierras el 29 de diciembre de 1994, elevará las banderas de la ciudad y de Asociación Atlética Banda Norte, y también la insignia nacional cuando vista nada más y nada menos que la camiseta de la Selección Argentina en el certamen Fiba Américas-Premundial U18 que se disputará en la localidad de Burago, de la hermosa Puerto Rico.
Se trata de Naomi Larriestra, jugadora del “verde”, que después de tanto trabajar se convirtió en una de las doce integrantes del plantel nacional que dirige Hernán Amaya. Simple y sencilla pero con objetivos claros y concretos, así se muestra mientras dialoga con los periodistas de Contragolpe. No deja de lado algún nerviosismo que le ocasionan los grabadores, micrófonos y las luces del flash pero rápidamente se adapta, tal cual lo hiciera tantas veces viajando al CeNARD, Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, para intervenir en las concentraciones “albicelestes”.
“Juego al básquet desde los once años, empecé cuando el entrenador era Guillermo Finino. Hice las categorías preinfantil e infantil y después pase a entrenar con el “lalo” (por Eduardo Sturniolo) y ahora sigo entrenando con ellos”, señala inicialmente la chica de 17 años que siempre se calzó la casaca del Parque Sarmiento.
Seis años dentro de la disciplina no es casual ya que siempre estuvo vinculada al deporte por una cuestión propia y de iniciativa familiar. “Jugué muchos deportes porque a mi papá le gustaba que hiciera algo físico. Hice natación –cinco años-, vóley y también fútbol femenino cuando viví en Estados Unidos por temas laborales de mi padre (NdR: entre los 3 y 10 años de edad)”.

El salto a la selección
Si bien su puesto es ala, las excepcionales condiciones que la caracterizan le permiten desempeñarse como ala-pivote o pivote, pese a su 1,75 metros de altura, en el ámbito local y provincial. El talento y la magia no tienen techo y quizás por eso la vida y el básquet le permiten soñar con algo más en su carrera como deportista. Larriestra afrontó su primera concentración nacional este año, puntualmente a principios de marzo. Luego superó seis etapas, siendo las dos últimas las que definieron el plantel: “de 23 pasamos a ser 14 y en la última de 14 pasamos a ser 12, que es el equipo definitivo. O sea que en total sacaron a 11 jugadoras”, explica respecto del sistema de conformación.
Su llegada a la concentración nacional no deja de ser una historia particular tal cual suele ocurrir en algunas ocasiones, a tal punto que ella nunca conoció a ciencia cierta –se enteró cuando se integró a la “albiceleste”- cómo fue que se supieron de sus performances: “el presidente de ACOFEBA (Asociación Cordobesa de Básquetbol Femenino), Manuel Valdés, habló muy bien de mí y allí escucharon mi nombre. Después me empezaron a ver en los campeonatos argentinos y una cosa que me enteré hace poco es que mi entrenador le pasaba al técnico de la selección videos de mi juego”, dice sonriente.

Puede leer la nota completa en la edición impresa de revista Contragolpe de julio de 2012.

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