Un mano a mano con
Javier Picco. El preparador físico recorre sus inicios, su experiencia en
España y el cambio de rumbo que vivió su profesión al comenzar a trabajar con
la atleta Griselda Celis. Anécdotas e historias de un personaje único, que
valora las enseñanzas del “cacho” Echeverría y resalta las vivencias de uno de
sus grandes amigos, Héctor Bracamonte
A
menudo, la frase “pico y pala” connota la característica especial y personal de
un laburante incansable. Curiosamente tal cualidad coincide con el profesor
Javier Picco, hasta hace un tiempo preparador físico de Asociación Atlética
Estudiantes y desde unos meses a esta parte director del Centro Personalizado
de Preparación Deportiva donde se desempeña como profesional en deporte y salud
en su conjunto.
En
una entrevista realizada durante los últimos días de diciembre de 2011, Picco
repasó sus comienzos en el área en la que se desempeña, resaltando la
personalidad de José Sebastián Echeverría, la experiencia en su paso por el
fútbol español y el cambio de rumbo que tomó su profesión al conocer a la
atleta a Griselda Celis. Anécdotas al por mayor con personajes de la madre
patria, vivencias particulares como las que mantuvo con el ingeniero Manuel
Pellegrini y definiciones sobre el “popi” Héctor Bracamonte, a quien considera
uno de sus pocos pero grandes amigos.
“El ‘cacho’ es como
mi padre futbolístico”
Sin
dudas, esa enorme personalidad del fútbol nuestro que es José Sebastián
Echeverría marcó sus inicios en la profesión. Picco parece explayarse de manera
sentimental al referirse al hombre que tanto le dio a la historia del balompié
riocuartense ya sea como futbolista o como DT. Asimismo también valora a Jorge
Grassi, de quien señala tomó conocimientos que se mantienen aún en la
actualidad.
“El
‘cacho’ es especial, es como si fuera mi padre futbolístico. Es un tipo del que
aprendí mucho no solamente en relación a lo táctico o técnico, si no de lo que
rodea al fútbol y de la vivencia de cada jugador, que es de lo que no se habla
mucho”, indica inicialmente y agrega, sin dejar de lado una expresión de
elogio: “Dios me ha dado la posibilidad de estudiar bastante y hay temas que no
se contemplan. Cualquiera persona tiene sus problemas y en ese sentido el ‘cacho’
me enseñó que cada jugador es un mundo y hay que ver qué es lo que pasa detrás
de él. Por eso muchas veces hablamos de la psicología y creo que pasa por ese
lado: qué es lo que está pensando cuando está jugando, por qué un día el
jugador llega bien al entrenamiento o no, como en la vida diaria. Entonces, él (por
Echeverría) tiene un tacto para eso que creo no lo tiene todo el mundo y en
estos catorce años que hace que trabajo se lo he visto a pocos técnicos.
Si
bien destaco que estoy en el fútbol por la labor de Jorge Grassi, que para mí
fue un gran técnico y aprendí mucho de él, y sigo aprendiendo porque me trae
material de lo que está haciendo en Patronato y demás, el ‘cacho’ es algo
diferente porque fueron mis comienzos como preparador físico. Realmente
agradezco a Dios haberlo conocido y que me lo haya puesto al frente porque no
solamente en el fútbol de acá sino cuando tuve la posibilidad de trabajar dos
años en España llevé su librito junto con el mío y me fue de la mejor manera.
Al ‘cacho’ le estaré agradecido toda la vida”, recalca una y otra vez.
“Deporte es sentirse
de la mejor forma en lo que uno hace”
Aprovechando
su instrucción, detenemos un rato la pelota respecto de sus recuerdos y
apelamos a sus conocimientos para tratar de encontrarle una definición a ese
concepto mágico para quienes respiramos el mismo ambiente, el del deporte ya
sea profesional, amateur, individual o colectivo. Picco explica con ejemplos y
argumenta a partir de experiencias personales más que enriquecedoras.
“Lo
que a mí me cierra de todo esto es trabajar tanto con gente de alto rendimiento
como en salud; tengo la suerte de estar con una persona que tiene Alzheimer y si
bien no hace deporte trabajamos en base al físico. Lamentablemente la persona
que tiene Mal de Alzheimer tiene un problema cerebral pero puede estar muy bien
físicamente: puede poseer un cuerpo ejemplar, los músculos desarrollados, una
capacidad aeróbica espectacular, pero le falla algo que es la mente. Entonces
volvemos a lo de la psicología, si cuando yo le doy estímulos a mi mente no me
los manda a los músculos es porque no están en relación y ya ahí tenemos un
problema. Entonces, para mí el deporte engloba muchas cuestiones”,
conceptualiza y compara: “a su vez también entreno a un chico de bicicross que en
cuarenta segundos tiene que explotar al máximo ya que se define su carrera. Vos
decís, ‘miércoles, 40 segundos’ y no es solamente físico. Por eso en mi centro trabajamos
la parte física y mental. Este chico es un deportista de alto rendimiento
porque todas las cuestiones relacionadas como la nutrición y el descanso, las
hace perfecto. Entonces a que llegó con el deporte, a que en definitiva es
sentirse de la mejor forma en lo que uno hace”, según concluye.
Puede leer la nota
completa en la edición impresa de revista Contragolpe de marzo de 2012.
No hay comentarios:
Publicar un comentario