miércoles, 9 de mayo de 2012

El deporte no paró


Cuando Leopoldo Fortunato Galtieri impulsó la fatídica idea de recuperar las islas del Atlántico Sur ocupadas por Inglaterra desde 1833 todo un país se encolumnó detrás de esta gesta que abrió una inmensa herida que hasta el día de hoy no cesa de sangrar.
El deporte - principalmente el fútbol - es una herramienta de poder y distracción que muchos gobiernos han utilizado para desviar la atención de la sociedad, sin que la gente pueda estar al tanto de los desmanes que ellos cometían. Durante la Guerra de Malvinas no fue la excepción.
A pesar de que en las islas miles de jóvenes argentinos ponían en riesgo su vida por un gobierno que utilizó a la Guerra de Malvinas como estrategia política y de perpetuidad, en el país los campeonatos de fútbol no se paralizaron y continuaron con toda normalidad. 
El partido entre Central Norte de Salta y Mariano Moreno de Junín quedó registrado como el único disputado de manera oficial un 2 de abril, el día del desembarco de las tropas argentinas en las Islas Malvinas. El partido, válido por la por la novena fecha de la Zona C del campeonato Nacional 1982, terminó 1 a 0  a favor del “cuervo norteño”.
Además de ese encuentro, todos los equipos de primera división saltaron a la cancha para completar a lo largo del fin de semana la jornada nueve del fútbol mayor organizado por AFA que ya era presidida por Julio Grondona. El ente madre del fútbol nacional tenía fuertes intereses y resultó ser funcional al régimen militar que comandó la época más oscura de nuestra historia.
Días después, la AFA decidió cambiar el nombre del Torneo Metropolitano del ‘82 por el de “Malvinas Argentinas”. Una semana más tarde modificó la denominación por “Soberanía argentina en las Islas Malvinas”. Fue tanta la normalidad de los hechos que en plena guerra River y Boca jugaron el clásico a cancha llena.
Además, el máximo organismo del fútbol argentino realizó su aporte al Fondo Patriótico Nacional (ver nota El fondo del fraude). Desde las estructuras afistas se desprendieron 100 millones de pesos de la época para aportar a la causa. Futbolistas Argentinos Agremiados también colaboró, el 26 de abril organizó un partido en el que se recaudaron 190 millones de pesos, pero los verdaderos destinatarios no percibieron lo recolectado.
La guerra de Malvinas comenzó en vísperas del Mundial de España 1982. El torneo ecuménico comenzó en junio y más allá de que la Argentina estaba protagonizando el conflicto bélico, la selección albiceleste viajó a defender el título obtenido en 1978. El 13 de junio de 1982 Argentina perdió 1 a 0 ante Bélgica en el primer partido de la Copa del Mundo. Dos días más tarde el general Mario Benjamín Menéndez se rendía ante su par inglés Jeremy Moore y ponía fin a la Guerra de Malvinas.
A lo largo de la máxima cita mundialista el consecuente relator José María Muñoz  no mencionó la palabra Inglaterra en sus relatos radiales desde tierras ibéricas. “Los rojos esta tarde juegan a la carga”, se escuchaba en el partido entre Inglaterra y Alemania por Radio Rivadavia.

En Río Cuarto tampoco
A la ciudad de Río Cuarto la Guerra de Malvinas la atravesó directamente porque un total de ochenta riocuartenses participaron en el combate. En la actualidad muchos de ellos son los que conforman la Agrupación de Veteranos de Guerra de Malvinas Virgen del Rosario. Desde ese lugar reivindican y contienen al numeroso grupo de jóvenes que hace 30 años partieron hacia las islas del Atlántico Sur a defender una gesta digitada por un grupo de dictadores ostentosos de poder.
El 2 de abril de 1982 cuando ellos emprendieron su lucha para recuperar las islas Malvinas, en la ciudad de Río Cuarto se continuaron realizando actividades deportivas normalmente.
La noche del viernes tuvo dos eventos que no pasaron desapercibidos en el ambiente deportivo de la ciudad. En el gimnasio de Acción Juvenil se enfrentaron Asociación Atlética Estudiantes y Gorriones Rugby Club buscando la clasificación al Torneo Provincial de Básquetbol de 1982. El partido comenzó a las 20:30 y fue triunfo del “celeste” 74 a 63.
En esa misma jornada, pero desde las 22:00, en el Anfiteatro Municipal del Parque Sarmiento se realizó una velada boxística que contó con la presencia de dos los mejores exponentes con los que contaba Río Cuarto en ese momento: Raúl Roque Bianco y Hugo Emer. Según reza el diario La Calle del 3 de abril de 1982 mucha gente participó del festival en donde Bianco apabulló a Hipólito Núñez. Por su parte, Hugo Emer no pudo vencer a Julio César Sabal.

Puede leer la nota completa en la edición impresa de revista Contragolpe de marzo de 2012.

No hay comentarios:

Publicar un comentario