jueves, 21 de julio de 2011

Un sueño color azul

Corría el 3 de noviembre de 1981 cuando un grupo de muchachos futbolistas, que no se perdían relámpagos, torneos y campeonatos comerciales, logró que sus sueños dejaran de ser divagaciones y se convirtieran en realidad. Fue ese día cuando la ambición de monstruos domésticos permitió que su anhelo se transformara en un club de fútbol.
Treinta años atrás Ricardo Tomas Aimar, José Sebastián Echeverría, Humberto Mansilla, Raúl Rodríguez, Miguel Ángel Jaluf y Juan García, entre otros, le daban vida al Deportivo Italiano de Río Cuarto.
“Todos los clubes, en más o en menos, tuvieron en la amistad -en la convicción espiritual compartida, en una esfera de gajos de cuero- de hombres incrementables con el tiempo, el origen de sus origines. Así de simple, así de difícil. Sin imaginar el futuro, pero palpitando hondamente el presente, pensando a lo sumo en mañana o el próximo domingo, pero sin pararse a contemplar el futuro. Y un poco así, a su manera, un día de 1981, un grupo de muchachos crearon el Deportivo Italiano de Río Cuarto”, escribió en el diario La Calle, el periodista Omar Isaguirre
Para lograr que el proyecto se consumara se iniciaron contactos con algunos dirigentes y hombres conocidos. La fábrica de pastas “La Italiana”, con su canchita al costado de las instalaciones, supo de esos afanes de “querer ser” al amparo de la generosidad de Humberto Gualtieri y su hijo Roberto. Los emprendedores tendrían en los empresarios de los ravioles y los tortelettis, a sus más fervorosos adherentes. Por eso, el día que hubo que darle un nombre a la institución, en homenaje al benefactor, se llamó Deportivo Italiano.
Al alboroto de estos muchachos que soñaban con competir en la Liga Regional se le empiezan a sumar nombres que le empiezan  a dar a la institución la formalidad requerida. Así aparecieron José “Pepe” Marino, Antonio y Salvador Sisalli, Augusto Savino, Norberto Pitarch, Mario Giusiano, Juan Carlos Ariello, Horacio González que le dieron cuerpo y alma a la Comisión Directiva.
Para el manejo futbolístico se sumó a la causa Oscar Bonetto con su ayudante José Díaz. En la segunda temporada Guillermo Sainz se transformó en el preparador físico. El masajista era Juan Martínez, el utilero Heleno Miranda y el cuerpo médico estaba compuesto Héctor Bina y Miguel Ángel Mugnaini.
Deportivo Italiano compitió en cuatro temporadas del fútbol riocuartense, desde 1982 hasta 1985. Con notables jugadores y con diferentes matices deportivos el “azurro” transitó por los rectángulos de la ciudad y la región.
En 1982 ganó de punta a punta el torneo de Primera B que se disputaba todos contra todos. El día de la consagración fue el 10 de octubre en el estadio Ciudad de Río Cuarto. Con goles de Humberto Mansilla y Humberto Piazza venció 2 a 1 San Martín de Vicuña Mackenna. Este triunfo depositó a Deportivo Italiano en la elite del fútbol riocuartense.
En la temporada de 1983, Deportivo Italiano y Centro Cultural Alberdi protagonizaron un duelo que sobresalió por la polémica generada. Los equipos riocuartenses debían jugar dos partidos para ver quién era el que iba afrontar el próximo año en la Primera B. Se disputaron los dos encuentros y en ambos el “azurro” cantó victoria, tanto en cancha del mercedario como de local. Pero la polémica se desató después. Alberdi protestó  la mala inclusión de Juan García, alegando que había llegado al límite de tarjetas amarillas, pero el tribunal de disciplina de la Liga había habilitado al arquero. Luego de muchas controversias se disputó un tercer partido. Se jugó en cancha de Banda Norte, terminó igualado en cero. En los penales la figura fue el otro García, Hugo, quien atajó un penal decisivo. José Echeverría marcó el último y definitorio. Fue pura algarabía en el parque, los “italianos” continuaban en primera.

Puede leer la nota completa en la edición impresa de revista Contragolpe de mayo.

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