jueves, 21 de julio de 2011

"Fue un tiempo hermoso"

El Deportivo Italiano no pasó desapercibido por la historia del fútbol grande de la Liga Regional de Río Cuarto. Con enormes figuras, logró un título de ascenso en 1982 –su año de debut- para luego realizar muy buenas campañas en los períodos subsiguientes hasta su desaparición en 1985.
Uno de los hombres que formaba parte de aquel rico plantel futbolístico es José Sebastián Echeverría, quien rememoró su pasado con la “azurra”. Llenó de anécdotas, de a ratos entre risas, de a ratos con un sesgo de seriedad, el “cacho” se brindó por completo y comentó cómo fue ser uno de los protagonistas de aquella enorme escuadra.

El punto del encuentro, la amistad y el nacimiento de la idea

El club nace de una comunión de amigos, de gran talento, y que ya se encontraba cursando su tercera década de vida, según cuenta el propio Echeverría: “ ‘El Empalme’ era nuestro punto de reunión desde la juventud, ahí hay un bar histórico de esos de 24 horas. Entonces, mientras jugábamos en distintos clubes siempre nos juntábamos ahí. A varios nos llegó la edad, en realidad a la mayoría, y como éramos amigos hicimos como si fuera un equipo cooperativo entre todos. Juan García y el “cacho” Mugnaini vinieron de Atenas; Rinaudo llegó desde la zona; ‘litín’ Rodríguez, Mansilla y Siravegna de Estudiantes; el ‘pallo’ Aimar, el “cuqui” Piazza, el “turco” Jaluf y yo vinimos de Banda Norte. Todos estos muchachos jugaban realmente muy bien, estaban en los treinta años de edad pero para nada viejos. Porque antes con treinta estabas re bien para jugar”.
El actual orientador de Banda Norte mira hacia arriba, como recordando momentos inolvidables, y explica cómo fue el involucramiento de estos tremendos futboleros en la Liga. La búsqueda de un técnico, un predio para entrenar y la aparición de dirigentes fueron puntos clave para tal cuestión indica el “cacho”: “En el verano jugábamos torneos relámpagos y entonces siempre nos preguntábamos por qué no entrábamos a la liga, aunque sabíamos que no era fácil. Y no sé a quién le surgió la idea de pedirle a Humberto Gualtieri ir a entrenar al predio detrás de la fábrica ‘La Italiana’. Él nos cedió el lugar y comenzamos a entrenar. El ‘rulo’ Bonetto me había llevado a mí a Lutgardis Riveros en 1981 e hicimos una pequeña amistad, que hoy está totalmente desarmada por discusiones que tuvimos siendo él dirigente de Estudiantes y yo técnico de Atenas, y lo llevé yo para que sea el entrenador nuestro aunque él se olvide de ese favor. Se arrimó ‘pete’ Pitarch, ‘pepe’ Marino, don Dho, que eran promotores de boxeo, el sr. Arielo -gerente de un comercio céntrico del momento- y ayudaron a que todo se concrete. Así comenzó el Deportivo Italiano en la Primera B del año 1982. Ganamos el ascenso de punta a punta, sólo perdimos un partido”.

Puede leer la nota completa en la edición impresa de revista Contragolpe de mayo.

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