miércoles, 26 de junio de 2013

Déjenlos jugar

Marcelo Bielsa, Josep Guardiola, Jorge Valdano y otros entrenadores insisten con la idea de que los chicos en su etapa de formación deben primordialmente "aprender a jugar" al fútbol. Este concepto no refiere, como algunos piensan, a cuestiones tácticas y/o técnicas, sino que implica una visión más compleja del deporte. Aprender a jugar al fútbol (o a cualquier deporte) es entender todos los valores que en él se desarrollan y comprender toda la riqueza lúdica que el deporte tiene como tal. La responsabilidad, la solidaridad, el compañerismo y el respeto deben formar parte de cualquier esquema de entrenamiento deportivo para jóvenes. La tarea de los padres, los dirigentes, los entrenadores e incluso los periodistas es permitir que los chicos puedan disfrutar de jugar al fútbol y, a través de ese divertimento, formarse como persona.
Lamentablemente en nuestra realidad actual los chicos se ven presionados por los distintos actores de la comunidad deportiva a "aprender a ganar", cuestión que difiere mucho del concepto de juego. Así, cada fin de semana observamos como padres al costado del campo de juego insultan a todo aquel que impida que su hijo triunfe, incluso a propios compañeros de equipo; o a familiares golpearse en las tribunas frente a la mirada atónita de los jugadores; o a entrenadores que le enseñan a los jóvenes las malas artes del deporte profesional, como fingir faltas, agarrar al contrario en una pelota parada y hacer tiempo cuando están ganando. La Liga Regional de Río Cuarto (LRFRC) no está ajena a esta situación y todavía no parece vislumbrarse una cura para este mal. En este año han ocurrido dos hechos graves. El primero en el duelo entre la Universidad y Acción Juvenil de General Deheza, en el cual el colectivo de los académicos fue apedreado y el segundo en el encuentro entre Estudiantes y Atlético Granada de Holmberg, cuando el padre de uno de los jugadores ingreso al campo de juego para agredir al árbitro.
Fabián Zucchini, Vicepresidente Segundo de la LRFRC, se muestra preocupado por la reiteración de estas situaciones y menciona a los padres como uno de los focos del problema. "Hay dos cuestiones que nos ayudan a entender los inconvenientes que tenemos con los padres en juveniles: uno es la presión de la semana que tienen la gente y que estalla en la cancha; el otro es que todos los padres se creen que tienen a un "Messi" o a un "Maradona" y esto hace que los presionen demasiado".
Sobre la primera de las razones hay que decir que el uso "catártico" de las canchas de fútbol no es privativo de las categorías infanto/juveniles, sino que en general, todos los encuentros deportivos de los fines de semana tienen algún conflicto que se desata sólo por que alguno de los protagonistas no resolvió las vicisitudes de la semana y decide que el evento es un buen lugar para dejar salir la frustración. Si bien es cierto que el fútbol no es culpable de esto, se debería encontrar una manera para que los estallidos de furia no sucedan.
El segundo motivo mencionado por el dirigente es claramente un problema de modelos de éxito. La idea de que cualquier jugador puede ser un "Messi" se relaciona con el facilismo que habita en nuestra sociedad basado en el pensamiento de que con un hijo futbolista se obtiene el resguardo económico para toda la vida. Esta lamentable idea, que se acerca demasiado a la explotación infantil, es la que más problemas causa en el niño debido a la gran presión que recibe desde su padre. La formación del joven, como jugador y como persona, se ve afectada por esta situación ya que por un lado se ve obligado a desentenderse de muchos de los valores que el deporte posee para responder al mandato paterno y, por otro, no desarrolla totalmente sus condiciones de jugador ya que está pensando más en los resultados que obtiene que en aprender a jugar al fútbol. Zucchini agrega que "la idea de que a tan corta edad uno pueda saber si el chico va a triunfar no tiene mucha lógica e incluso la presión hace que deje de gustarle y no quiera jugar más".
La histeria de los padres fue la que llevo al club Tiro y Gimnasia de San Francisco a tomar la decisión de aplicar el derecho de admisión a todo aquel socio del club, dirigente o padre que incurra en acciones violentas y vehementes durante los partidos de baby fútbol. Esta determinación fue llevada a cabo por un incidente ocurrido en marzo de este año cuando un niño detuvo su marcha en pleno partido y anunció llorando que no quería seguir jugando porque su papá lo estaba insultando. Gerardo Oittana dirigente del club describe que se estableció un contrato por el cual el padre que insulta es excluido del club. “No permitimos que los padres insulten dentro de lo que es el campo de juego cuando se practica el deporte, si eso ocurre automáticamente, como el padre es el socio y no el niño, la comisión directiva del club lo sanciona con la exclusión. Es decir, se lo saca al padre para que el chico pueda seguir desarrollando la actividad tranquilamente."
Al ser consultado por el tema sanciones Fabián Zucchini describe que la Liga no puede sancionar a los padres y que son los clubes los que deben hacerlo. "Nosotros hacemos un seguimiento, sancionamos a los clubes si es necesario. Lo hacemos con apercibimientos, quita de puntos y multas económicas, pero no podemos ir sobre los padres, no es nuestra potestad. Lo que si hacemos es que cuando vemos alguna situación conflictiva reiterada pedimos custodia policial para los árbitros y para que controlen la situación si es necesario", completa el dirigente. Sobre esta situación Oittana describe que en la Liga de San Francisco las sanciones económicas no surtían efecto ya que los que pagaban eran los clubes mientras que los padres no tenían ningún tipo de sanción.
Respecto de esta situación Gabriel Bozzer entrenador de los equipos de la Universidad Nacional de Río Cuarto destaca que el problema de los padres debe ser controlado por las autoridades del partido y también por los propios directores técnicos: "los papás se portan mal pero el que lo debe sancionar es el árbitro que lo puede expulsar. No es como primera división en donde una hace lo que quiere y nadie le puede decir nada desde adentro, en inferiores el árbitro te lo expulsa. Además es muy importante la intervención nuestra en caso de que se trate de un padre de nuestro equipo. Yo insisto en que tiene que ver mucho el docente que esté a cargo del equipo, incluso lo de los padres”.

El trabajo de los entrenadores
El segundo aspecto que preocupa a los dirigentes es lo que sucede en el campo de juego, donde en ocasiones los propios protagonistas (jugadores, entrenadores e incluso dirigentes) cometen constantes acciones violentas contra los árbitros y contra el resto de los participantes. Zucchini describe que lo primero que desde la LRFRC intentan erradicar son las acciones de los jugadores y menciona que en los últimos tiempos han disminuido la cantidad de expulsiones en los partidos de inferiores. "Lo que nosotros queremos hacer es trabajar en la capacitación de los chicos para evitar que se reaccione de mala manera. Una de las formas es ser más severo en las sanciones y la otra es trabajar a fondo con los profesores que son los que tienen más llegada con el chico", explica.
Bozzer menciona que la figura del docente es muy importante ya que es quien puede controlar al niño. "Hay reacciones de un segundo que se dan en el chico en las cuales uno en el momento no puede hacer nada. Pero si vos trabajas en la conducta, en el respeto por los demás y en el respeto por el disfrutar hay muchas menos chances de que esas cosas pasen", comenta el entrenador. Cabe destacar que Bozzer hace referencia a su labor como la de un docente y no de un entrenador, lo que habla de una mirada distinta. Ya no desde la de un entrenador que busca resultados sino desde la de un profesor que intenta impartir enseñanzas a sus educandos.


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¡Falta ahí!

 El Código de Faltas es una herramienta de trabajo muy útil porque es una ley provincial. Las garantías constitucionales están en esa misma ley y es una herramienta para actuar, no contra estereotipos, sino las acciones de aquellas personas que son sorprendidas en tal lugar”. Esa fue una de las primeras frases que esbozó Ramón Frías al ser designado Jefe de la Policía de la provincia de Córdoba por expreso orden del ministro de Seguridad provincial, Daniel Alejo Paredes, y la anuencia del gobernador José Manuel De la Sota.
Fue una decisión que denota claramente el proyecto político y social que encabeza el mandatario provincial que mantiene firme el deseo de transformarlo en presidencial. Y en esa estructura el nombre de Frías se erige como una de las piezas claves de una provincia dice combatir la inseguridad con orden y control. Y para asegurarse que su objetivo se establezca aparece la figura del nefasto Código de Faltas de Córdoba (CFC). La policía, que conduce Frías, es el brazo ejecutor de la normativa que paradojamente avala un gobierno democrático. El CFC es un instrumento que se aplica a las personas, principalmente a los jóvenes, de las clases sociales más bajas y se constituye como un elemento que promueve la exclusión.
“Los términos en que se encuentra redactado el Código de Faltas de la Provincia de Córdoba giran en torno a la construcción de un discurso sobre la ‘seguridad pública’, ‘paz social’, ‘tranquilidad y moralidad pública’. Todos estos términos son usados de manera abstracta y sirven de justificación a la utilización de un instrumento punitivo. Sin embargo, a medida que se de-construye el discurso y se analizan las prácticas, puede observarse una particular forma de definir la seguridad, siempre en términos conservadores y discriminatorios, donde el ‘criterio de eficiencia’ se mide por la cantidad de detenciones diarias y no por la seguridad de los derechos”, se puede leer en excelente libro ¿¡Cuánta Falta!? Código de Faltas, Control Social y Derechos Humanos coordinado Lucas Crisafulli e Inés León Barreto.
El abogado y docente, Horacio Etchichury, sostiene que el Código viola la Constitución Nacional en dos aspectos: por un lado, no se le garantiza al detenido la asistencia de un abogado, ni la presencia de un juez. Por otro, las conductas que se castigan son un derecho. Merodeo, trabajo sexual y participar en reuniones tumultuarias son derechos que toda persona tiene pero que el Código las castiga.
Con la aplicación del Código de Faltas todo eso se castiga. También se castiga cuando uno circula sin documentos. Pero lo más grave es el tema del procedimiento. El Código tiene penas privativas de la libertad, con días de arresto y multas, pero la detención y juzgamiento de la persona no garantiza ni la presencia de un abogado defensor ni el acceso a un juez.  El hecho de que no hay un abogado defensor que refute la acusación y que sea un comisario, y no un juez, el que dicte la sentencia hace que la aplicación se haga en base al prejuicio.
La mayoría de los organismos de Derechos Humanos manifiestan que las personas denuncian que los han detenido por algún prejuicio y porque son pobres. El Código de Faltas dispone una estigmatización de la pobreza porque son los integrantes de las clases marginales los que sufren las consecuencias. Lamentablemente el resto de la sociedad no reacciona ante este accionar de la fuerza policial y se transforma en cómplice de una instrumentación visiblemente discriminatoria y excluyente.  

Combatir al código perverso
El informe del registro de Demoras y Detenciones por Contravención elaborado por la Comisión Municipal de la Memoria de Río Cuarto revela que durante los tres primeros meses del 2013 los casos de detenciones y demoras por aplicación del Código de Faltas han sido superiores a los de todo el 2012. Los datos brindados van más allá y sostiene que en el 100% de los casos hubo golpizas y maltratos para los detenidos.
“El Código cumple una función de regulación de la población ‘sobrante’ a la que el Estado no le quiere reconocer derechos. Y el Código siembra miedo en esa población. Les dice: ojo que en cualquier momento la policía puede interactuar con vos y llevarte sin filtros. Porque no hay abogados defensores, no hay instancias intermedias, no hay factores objetivos de detención. Es la población que tiene que ser controlada de alguna forma, y una manera de mantener fuera de la vista las consecuencias del modelo social imperante”, sostiene el docente de Derecho Constitucional de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Córdoba, doctorado en la Universidad de Yale, y coautor del libro Preso sin abogado, sentencia sin juez. El Código de Faltas de la Provincia de Córdoba.
En Río Cuarto son diversas las organizaciones que desarrollan un importante trabajo social y de contención para los jóvenes de barriadas populares que son los que mayormente sufren la persecución policial. Con herramientas pedagógicas, culturales o artísticas construyen mecanismos que se sostengan como instrumentos de inclusión ante el carácter excluyente que impregnan algunos de los articulados del Código de Faltas. En ese escenario es en donde también aparece el deporte como integración.

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Restructuración y apuesta femenina

El básquet femenino da que hablar en Río Cuarto y región. Luego de la reorganización nacional de la disciplina, que se produjo a partir de la acción de la Confederación Argentina de Básquetbol –CABB- de absorber a la Federación Femenina de Básquetbol de la República Argentina –FFBRA-, la competencia se desarrolla en todo el país bajo los mismos lineamientos que el masculino, generándose un boom de participación en el ámbito local y regional, ahora bajo la órbita de la Asociación Riocuartense.
Así las cosas, el 30 de abril del año en curso se puso en marcha el torneo denominado “Alberto ‘Chichi’ Bustamante”, en homenaje a un enorme dirigente vinculado a la disciplina, que cuenta con un certamen de primera división de desarrollo semanal y encuentros mensuales de categorías Sub 21, Sub 17 y de mini básquet, los cuales se llevan a cabo bajo la modalidad de grand prix, es decir, durante el transcurso de una jornada y en una sede fija.
En esta edición de Contragolpe, intentaremos reflejar a través de los protagonistas significancias y ventajas que entrega la flamante modalidad que presenta el básquet femenino a partir de su reestructuración.

Causas del nuevo formato
El Honorable Tribunal de Disciplina de la CABB suspendió inicialmente la afiliación de la FFBRA por el término de 180 días a partir del 1 de octubre de 2012, básicamente por no haber acreditado la realización de actos asamblearios y de renovación de autoridades, la elaboración de sus estudios contables, la información sobre sus asociadas y la vigencia de la personería jurídica.
A raíz de lo expuesto, y al no haber determinación alguna por parte de la FFBRA que revoque tal acusación, el Honorable Consejo Directivo de la CABB decidió, el 19 de marzo del año en curso, excluir a la FFBRA como afiliada a la CABB y determinó que el básquet femenino sea integrado de idéntica manera al básquet masculino en el marco de sus respectivas federaciones provinciales y, hacia abajo, asociaciones locales/regionales.
Con esto, los clubes riocuartenses que anteriormente se encontraban afiliados a la Asociación Cordobesa Femenina de Básquetbol –ACOFEBA-, y de allí a FFBRA, ahora forman parte de la Asociación Riocuartense –ARB- y, a su vez, de la Federación de Básquet de la Provincia de Córdoba –FBPC-.

La incidencia local
La decisión nacional desembarcó de manera positiva en la ARB, que en la actualidad tiene a más de 400 mujeres, entre mini básquet y primera división, siendo parte del torneo. Inicialmente, se conformó un comité de básquet femenino, integrado por autoridades de la Asociación y delegados de los clubes, y empezaron a mostrar su interés instituciones de la región.
“Una grata sorpresa fue que se empezaron a agregar clubes de Canals, de San Luis, de Villa Mercedes y terminamos con doce equipos de mayores, más que el masculino que tenemos diez. Estamos muy contentos porque con doce primeras se puede hacer un lindo campeonato como el que se está llevando a cabo”, dice el presidente de la ARB, Luis Llamosas, luego de realizar una cronología de cómo fueron sucediéndose los hechos.
No obstante, el dirigente admite que la problemática o, más bien, lo que deben apuntalar es la cuestión vinculada a las divisiones formativas. “En las categorías menores está más débil la estructura y por eso tenemos cinco Sub 17 y cinco Sub 21 más el mini básquet”, señala.
El primer campeonato asociativo culminará, en principio, durante el mes de julio. A su término, la ARB deberá elevar un documento a la Federación de la Provincia con las primeras conclusiones. “Tenemos que informar a Córdoba los resultados de esa evaluación para ver cómo nos está yendo en estos primeros pasos respecto del femenino. A partir de allí se verá cómo se estructura la competencia de la segunda mitad del año”, comenta Llamosas, quien añora que el certamen progrese aún más: “Cuando hagamos el análisis a mitad de año, ojalá tengamos crecimiento dentro de las instituciones y ojalá que algunas otras instituciones se sumen a la práctica orgánica de la disciplina”.

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Con el grito de gol

Maradona, Messi, Riquelme, “Lucha” Aymar, “Manu” Ginóbili son algunos de los deportistas de la elite mundial que figuraron en la tapa de La Garganta, hecho que la convirtió en una de las revistas de mayor crecimiento a nivel nacional. No obstante, el recurso de entrevistar a famosos (más allá de deportistas) es el “gancho” para contar la realidad villera de 15 asambleas barriales y su trabajo territorial con múltiples cooperativas de trabajo, entre otras, textil, gastronómica, de ambulancieros y comunicacional.
Llamada La Poderosa, en homenaje a la motocicleta con la que Ernesto el “Che” Guevara y Alberto Granado recorrieron Latinoamérica, la organización inició hace una década en el barrio de Zavaleta, al sur de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con un elemento común e integrador en los barrios: el fútbol. Con ese puntapié, La Poderosa se amplió no sólo a otras villas de Buenos Aires, como la 31, sino también a Tucumán, Entre Ríos, Jujuy y Córdoba, entre otros lares.
Ante la repercusión impensada de La Garganta decidieron, ante los medios de comunicación, no exponerse con sus nombres para cuidar la identidad de la organización: “Mientras el guión del circo mediático no esté escrito por compañeros de nuestras villas, a nosotros no nos interesa ser actores de ese circo. Porque hoy podemos consensuar en qué lugar me vas a poner los siete minutos que estoy invitado en tu programa, pero una vez que me hiciste público yo ya no manejo dónde me vas a poner el día de mañana. Entonces reducir un colectivo a una persona y pasar a esa persona de mala a buena, es demasiado barato para ellos”, sentencian con enorme entendimiento de los medios de comunicación.

Fútbol, canal de acceso
¿Pero como comienza la organización? “Se inició con fútbol popular, con chicos de diferentes edades, jugando en un potrero del barrio Zavaleta. De ahí empezamos a abrir otros talleres, como de educación, guitarra… diferentes talleres en donde los chicos puedan estar contenidos, puedan aprender algo, en donde puedan aprender a interrelacionarse con otros sin pelear, sin decirse malas palabras”, explican, y amplían: “El futbol popular tiene esa característica: hacer una ronda, discutir los problemas que pudieran haber surgido durante el partido, ellos mismos poner las reglas: si alguno dijo una mala palabra, va a estar visto por los compañeros quienes le van a decir ‘mirá, te quedás sin jugar cinco minutos, diez minutos’, y esa es la manera de aprender”.
En ese contexto, se evidencia una significación y un valor universal en el fútbol: “Es un momento de contención para los chicos. Que estén ocupados, que hagan algo bueno. El deporte es bueno y, a través del deporte, enseñarle a convivir: a que no se tienen que pelear, a no putearse; y creo que eso lo van aprendiendo desde chico, están entretenidos y aprenden los valores como seres humanos que tenemos y a veces hay muchos chicos que se pasan mucho tiempo en la calle y ese es un momento buenísimo para que los chicos estén como en familia”, comentan en su reciente paso por la Universidad de Río Cuarto, donde socializaron su experiencia a estudiantes de la misma. Más allá de la función integradora, el fútbol da una pertenencia individual. Explican desde La Poderosa: “Nosotros tenemos compañeros que les gusta jugar al fútbol y compañeros que no les gusta. Pero no tenemos ningún compañero, en toda nuestra asamblea, que crea que el fútbol es el opio de los pueblos. Nosotros sentimos que hay una construcción en el imaginario que también nos ha excluido a nivel cultural, no sólo a nivel económico y social, y en eso, quien pregone esa filosofía a nombre de la izquierda, del progresismo como la representatividad popular está muy lejos de haber entendido lo que el fútbol representa en nuestros barrios”.


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Jaque al rey

El título que da nombre a este artículo fue escrito hace trece años atrás. El lunes 2 de octubre de 2000 La Voz del Interior tituló de esta manera destacar la victoria del riocuartense Alejo Lingua ante el múltiple campeón ruso Anatoly Karpov.
La hazaña fue tan grande que no pasó desapercibido en el círculo ajedrecístico y hl hecho que permite comprender el logro es la publicación que hizo el maestro de ajedrez alemán Karsten Müller en el sitio de internet Chess Base. El germano describe nueve partidas de ajedrez en las que el ruso Anatoly Karpov fue abatido por distintos ajedrecistas.
En sus ejemplos aparece el riocuartense Alejo Lingua quien el 1 de octubre de 2000 venció al ex campeón mundial en una sesión de simultáneas. Alejado de los grandes escenarios, Karpov disputó en el Patio Olmos de la ciudad de Córdoba un total de veinte simultáneas. Ganó doce, empató siete y perdió tan sola una. Su única derrota fue propinada por Lingua.
En ese momento cursaba el tercer año de medicina y decidió inscribirse para participar del evento. Disputó un clasificatorio y accedió para estar entre los veinte mejores jugadores cordobeses de la época. Y en un Patio Olmos colmado por diversas personas del ambiente ajedrecístico Alejo Lingua le dio una lección a uno de los genios del ajedrez mundial. “Ese día dije que valió la pena todo el esfuerzo que hice junto al ajedrez y la sensación fue grande por la forma en la que le gané. Había mucha gente porque Karpov es una persona que convoca mucho y fue un momento hermoso”, recuerda a trece años de esa hazaña deportiva.
Alejo Lingua comenzó a practicar ajedrez cuando tenía cinco años y su mentora fue su abuela materna quien le enseñó. El se encarga de admitir que comenzó a adquirir rápidamente los conceptos del juego y nunca más separó de este deporte tan especial. Consolidó su técnica en la Escuela de Ajedrez de Villa Allende junto al profesor entrerriano Hugo Condado y luego en el colegio Monserrat.


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Fútbol, carbón y cocaína

A mediados de abril de este año, la jueza federal de Chaco, Zunilda Nirenperger, solicitó a Interpol la extradición de Patricio Gorosito que estaba preso en España acusado de ser el organizador de una banda que traficaba cocaína a ese país en bolsas de carbón de la empresa Carbón Vegetal del Litoral SRL que salían de Quitilipi, Chaco, e ingresaban por el puerto de Lisboa, Portugal. Gorosito fue detenido en Barcelona en marzo de 2012, acusado de traficar desde Argentina alrededor de 1000 kilos de cocaína. La causa se denominó Carbón blanco y según informó la Administración Nacional de Aduanas es una de las más importantes relacionadas con el tráfico de cocaína. Junto a él fueron apresados otros seis argentinos.
Patricio Gorosito se hizo una figura pública cuando en 2004 fundó el Club Real Arroyo Seco. Luego de perder las elecciones en el club Arroyo Seco Atletic Club, el club tradicional de la ciudad, decidió crear esta institución futbolística. Ya había tenido incursión en el ámbito del fútbol al gerenciar en 2004 al Deportivo Colonia de Uruguay.  Tiempo después el diario uruguayo La República lo involucró en una denuncia de lavado de dinero. El principal sospechoso era Julio Humberto Grondona y se lo vinculó a Gorosito como un presunto testaferro del presidente de la  Asociación del Fútbol Argentino.
“El caso Gorosito marca lo que significa para la sociedad argentina la Asociación del Fútbol Argentino como espejo en donde se visualizan las reglas de la matriz dominante en la Argentina en donde los privilegiados lavan dinero con total impunidad utilizando la pasión de las mayorías”, le dijo a Contragolpe el periodista rosarino Carlos del Frade.
Y agregó: “El fútbol es un lugar fantástico para que, además de ser pasión de multitudes, termine siendo pasión de negocios multinacionales y pasión de sectores minoritarios que gozan de absoluta impunidad. No es casualidad que Julio Grondona haya hecho pública aquella definición en la que ‘en el fútbol argentino nunca se pregunta por el origen del dinero’. Esa es la raíz y la esencia de cualquier forma de lavado de dinero. Eso es una trama íntima que desde la cancha chica del fútbol ilumina lo que supone la cancha grande de la realidad argentina, la impunidad de los poderosos, el lavado de dinero y la manipulación de las creencias populares a favor del negocio de muy pocos”.
Llevando a cabo los métodos que arraigan los negocios espurios, Real Arroyo Seco apareció de la nada. Tuvo un ascenso llamativamente vertiginoso y se desarrolló a pasos agigantados en base a inyección de capitales. En el mismo año de su creación obtuvo el título de la Liga Regional del Sur y clasificó para el Torneo del Interior. Torneo que obtuvo en 2005 y ascendió al Torneo Argentino B. En la cuarta categoría llegó a enfrentar a Asociación Atlética Estudiantes y logró el ascenso al Torneo Argentino A en la temporada 2005/2006.
Pero el crecimiento no sólo fue deportivo. El club contaba con un predio modelo en un predio de 21 hectáreas. El estadio para 10 mil personas – similar al de Arsenal de Sarandí – fue bautizado José Omar Pastoriza, quien fuera amigo de Gorosito. También contaba con un hotel cuatro estrellas con 17 habitaciones, una sede y cuatro piscinas en cascada.

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lunes, 20 de mayo de 2013

Cien años sin Alumni


El triste 24 de abril significó el fin de un célebre ciclo que merece ser contado. Tuvo por cuna al English High School Athletic Club y en 1901, Alexander Watson Hutton, su creador, decidió cambiar el nombre del equipo para que pueda participar en el campeonato de primera división de la Argentine Association Football League y no descender a la tercera categoría.
Se llamó Alumni porque uno de los jugadores recién llegado de Estados Unidos trajo la noticia que ese nombre se empleaba para denominar a los ex alumnos. Se inscribió como Alumni Football Team y hasta 1905 usaba el emblema de la escuela en su camiseta blanca a bastones rojos. Era el equipo de la escuela English High School. En 1906 aparece la inscripción Alumni Athletic Club. El primer partido del club con el nombre de Alumni fue ante Belgrano Athletic Club, ganándole por 1 a 0 y sin la presencia de su máxima figura y capitán, Jorge Brown.
Alumni fue el primer gran equipo argentino y en poco más de una década ganó casi todo lo que jugó. Conquistó diez torneos de la Argentine Association Football League, tres copas de Competencia Jockey Club y dos copas de Honor Municipalidad de Buenos Aires.
Alumni Athletic Club contaba en su primer equipo con los siete hermanos Brown como futbolistas, por eso los aficionados lo llamaban Brown Brothers. Muchos historiadores coinciden al afirmar que el éxito deportivo de Alumni se debió en mayor medida a la gran relación entre los jugadores que más que compañeros eran amigos. En su libro Breve historia del deporte argentino Ezequiel Fernández Moores escribió: “Inglés o argentino, con viejos o nuevos reglamentos, la clave del éxito del estilo de Alumni parece haber sido el juego colectivo, que se fortaleció por la amistad entre sus jugadores, viejos compañeros de escuela”.
Por su parte el ex jugador Carlos Lett, integrante de ese mítico conjunto, dijo tiempo después de la desapareción: "El secreto de su éxito se debió a la amistad que existía entre los jugadores, más que a la habilidad de sus componentes. En este juego una gota de mala sangre entre dos de los jugadores pronto afecta a todo el team, cosa que nunca sucedió, debido, en gran parte, al carácter de los hermanos Brown, y muy especialmente al de Jorge".

Cuna de campeones
Durante su corta existencia únicamente no consiguió los títulos de campeón del fútbol argentino en los años 1904 y 1908, que quedaron en  manos de su eterno rival, el Belgrano Athletic Club.
Pero la participación de Alumni también fue destacada a nivel internacional. Cuenta el historiador Julio Frydenberg: “Los partidos internacionales de Alumni no interesaban sólo a la continuidad inglesa y a las clases medias altas que controlan el fútbol, sino también a todos los futbolistas de ligas independientes, que suspendían su fecha para poder ver al equipo de los hermanos Brown”.
El 26 de junio de 1904 se convirtió en el primer equipo argentino en jugar en nuestro suelo frente a un conjunto inglés, el Southampton, perdiendo por 3 a 0 y también fue la primera vez que un presidente de la Nación, el general Julio Argentino Roca, asistió a un partido de fútbol.
El 24 de junio de 1906, en otro partido internacional, venció a un equipo de británicos de la Liga de Sudáfrica por 1 a 0, con gol de Alfredo Brown. Después este gol el partido estuvo suspendido por varios minutos ante la invasión de una gran parte del público incluido el presidente de la Nación José Figueroa Alcorta, para felicitar al goleador. Este hecho lo llevo a reflexionar, mucho tiempo después, al escritor Osvaldo Soriano: “Figueroa Alcorta con su actitud marcó la primera vez que un Presidente de la Nación usaba al fútbol para acercarse a su Pueblo”.
La gran actuación deportiva convirtió a Alumni en el equipo más popular de esa época. Duplicaron en votos a Quilmes y a Belgrano. El 1º de agosto de 1900 el diario The Buenos Aires Herald preguntó a sus lectores cuál era el equipo más popular del momento. Ganó Alumni (todavía bajo la denominación English High School) con 6.942 votos. Quilmes, el segundo, quedó lejos, con 3.467, seguido de Belgrano con 3.358.
A diferencia de Lomas, cuyos jugadores eran nacidos en Gran Bretaña, Alumni tenía sólo un extranjero, Andrés Mack. Los Brown y sus compañeros de Alumni fueron la base de las selecciones argentinas de aquellos años. En seis partidos, la selección alineó a ocho jugadores del club que había formado el escocés Alexander Watson Hutton.
A pesar haber marcado un estilo y transformarse en un conjunto señero del fútbol argentino, Los títulos que ganó Alumni no aparecen sin embargo cada vez que termina un campeonato y la prensa repasa la historia de los ganadores. La prensa del deporte, en realidad, suele omitir todo el período amateur del fútbol argentino y con ello la historia de Alumni y todos los otros equipos que brillaron en esa época. Para la historia oficial el fútbol argentino comenzó en 1931 cuando se profesionalizó la disciplina.
Escribió Jorge Iwanczuk en su libro Historia del fútbol amateur en la Argentina: “El fútbol esa época tuvo equipos, jugadores, árbitros y público. ¿Sólo porque no había dinero de por medio debemos seguir discriminando, entonces, a los grandes campeones de la era amateur? Dice en la introducción de su formidable libro Historia del fútbol amateur de la Argentina . "¿Por qué si antes llenaron estadios con 40.000 espectadores y fueron grandes Racing, Boca, Independiente, San Lorenzo, Huracán, River y hasta hubo un campeonato mundial en el que salimos subcampeones con jugadores amateurs, empezar a contar la historia desde la mitad? Admiro a los pioneros. Disfruté descubriendo cómo de las barriadas populares, en los baldíos, iban surgiendo los clubes, se definían las camisetas y este juego fascinante convocaba voluntades amasando pasiones. Para reivindicar esos nombres, esas fechas memorables y legendarias y, sobre todo, para llenar ese vacío de información que tiende un velo de omisión sobre este pasado apasionante, escribí este libro." 

Puede leer la nota completa en la edición impresa de revista Contragolpe de abril de 2013.