jueves, 5 de julio de 2012

Junto a Miguel, corrimos todos


Para vos, atleta que
recorriste pueblos y ciudades
uniendo estados con tu andar
Para vos, atleta que desprecias
la guerra y ansías la paz”
(Poema “Para vos, atleta” de Miguel Benancio Sánchez)

El periodista Ariel Scher escribió en el prólogo del libro de Gustavo Veiga, “Deporte, desaparecidos y dictadura” que los deportistas desaparecidos durante la última dictadura “están desaparecidos pero sobretodo están: en un partido, en una carrera, en una tribuna, en una emoción, en la vida. En donde sea están y van a seguir estando, siempre hechos memoria, siempre un albergue de esperanzas. Y siempre vueltos una huella. Una huella que no se borra ni se borrará jamás”.
Eso es Miguel Benancio Sánchez. Una huella que no se borrará jamás y seguirá dejando inmortales marcas en cada uno de los lugares por los que siga transitando. El sábado 26 de mayo de 2012, Miguel estuvo en Río Cuarto y volvió a demostrar que sus valores siguen intactos a pesar de que un grupo de militares inescrupulosos de poder le arrebataron la vida un 8 de enero de 1978.
Miguel Sánchez ha comenzado a ganar una de las carreras más importantes de su vida, aquella que tiene como meta la memoria. Su espíritu solidario y su matriz de atleta sobreviven entre nosotros. Y su fuerza radica en que nos congrega y nos rebela de furia al mismo tiempo, a quienes no lo conocimos. Cuando la última dictadura lo secuestró y le decretó su destino de desaparecido, estaba convencida de que su ejemplo no sobreviviría al paso del tiempo. No contaba con que su poder residía, precisamente, en eso, su condición de argentino con ideales firmes y un compromiso de lucha”, escribió Gustavo Veiga.
Y por las calles de Río Cuarto, en la Segunda Edición de la Carrera de Miguel, cientos de personas corrieron y caminaron junto a Miguel Benancio Sánchez y los 30 mil compañeros rechazando la crueldad de la última dictadura militar y recordando que nuestro país no debe abandonar jamás las consignas “Memoria, Verdad y Justicia”.

Puede leer la nota completa en la edición impresa de revista Contragolpe de mayo de 2012.

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