lunes, 26 de diciembre de 2011

¿De qué se trata el federalismo?

La iniciativa de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) –para ser preciso, de Julio Humberto Grondona o de sus “escuderos” o voceros- de implementar una nueva reestructuración - y van…- en las competencias futbolísticas locales, despertó dos fuertes posiciones antagónicas: adhesiones y rechazos. La idea fue retirada (¿lo habrá sido?) o guardada en el cajón de algún escritorio hasta una mejor oportunidad.
Haciendo abstracción de la calificación que cada uno pueda darle a ese y otros proyectos elaborados sobre la cuestión, es conveniente formular algunas consideraciones sobre el rumbo que toma el fútbol en nuestro país. ¿Qué se pretende? ¿Ubicar a todos los clubes del país -directa o indirectamente afiliados a la AFA - en un plano de igualdad? ¿Construir una estructura competitiva que sea federal en su más amplio concepto? ¿Tiene lugar, en este pensamiento, la equidad? ¿Es ilimitado o no, el número de participantes en la máxima categoría? ¿Es condición sine qua non que cada provincia esté representada en la máxima categoría? ¿Cómo armonizar esta legítima pretensión con el número de clubes que aporta la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires?
Vocablos tales como igualdad, equidad, federalismo, ¿son, acaso, incompatibles entre sí? En este caso, ¿pueden convivir?, ¿en qué proporción?, ¿cuál de ellos es principal y cuales, accesorios? ¿O todos son igualmente necesarios?.
Si se realiza una recopilación de los hitos más salientes de la historia del fútbol en la Argentina –incluyendo la introducción de este apasionante juego desde finales del siglo XIX-, se advertirá que no faltaron ensayos de federalismo en su estructura y, sobre todo, en la organización de sus competencias.
Por tratarse de un deporte que alcanzó un más profundo arraigo que otros resultó materialmente de difícil ejecución su federalismo. Esto ocurrió tanto en el breve período amateur, cuanto en el profesionalismo desde 1931 hasta nuestros días. Algunos fueron ensayos que no perduran en la memoria colectiva; otros, tuvieron una muy fuerte raigambre - por caso los Nacionales entre el ’68 y el ’85 - y se los recuerda con nostalgia.
A título enunciativo, en el amateurismo hubieron competencias como la “Copa Dr. Carlos Ibarguren” - también puesta en disputa en el profesionalismo -, la “Competencia Jockey Club”, “Honor Municipalidad de Buenos Aires”, “Concurso por eliminación”, “Competencia” y “Estímulo”. En todas ellas participaron equipos del interior. Ya en el profesionalismo, los ensayos fueron sucediéndose a lo que se añadió la esporádica “apertura” desde la Capital hacia el interior.
En este último caso se encuadran instituciones tradicionalmente ligadas al fútbol de la Capital Federal y Gran Buenos Aires –más que a su propio terruño - como los rosarinos Newell’s Old Boys y Rosario Central (1939), Unión de Santa Fe (1942) y Colón (1948). Central Córdoba de Rosario (’50) se sumó a la segunda división y en las temporadas ’58 y ’59 fue animador de los campeonatos de primera división.
El acceso al nivel superior y su permanencia –siempre de acuerdo a los reglamentos de los torneos- de clubes de “tierra adentro” tuvo un segundo episodio –extendido actualmente, según las vigentes estructuras competitivas- con el desembarco de la Resolución 1309 cuyo pionero fue Talleres de Córdoba, seguido de Racing e Instituto. Otros nombres ilustres y tradicionales que se ganaron un lugar junto a los “grandes” fueron –por ejemplo- Chaco For Ever, Sarmiento de Junín, Mandiyú y Huracán de Corrientes, Gimnasia y Tiro de Salta, Belgrano de Córdoba, Huracán de Tres Arroyos, Tiro Federal de Rosario, los tucumanos San Martín y Atlético, Gimnasia de Jujuy, Olimpo de Bahía Blanca, Atlético Rafaela, Godoy Cruz de Mendoza y San Martín de San Juan.
Algunos de ellos formaron la recordada “elite” de participantes de los Nacionales creados por Valentín Suárez, junto a otros históricos y tradicionales de sus provincias, que por los azares de la competencia no tuvieron la oportunidad de jugar en “Primera”. Por citar sólo algunos nombres, es oportuno recordar a Altos Hornos Zapla (Jujuy), los mendocinos San Martín y Gimnasia y Esgrima, los marplatenses San Lorenzo y Kimberley, Huracán de Comodoro Rivadavia y su homónimo de San Rafael, Guaraní Antonio Franco de Posadas, etc.; la nómina es extensa y para evitar injustas omisiones, sólo se evocan las participaciones de unos pocos que rescata la frágil memoria.

Puede leer la nota completa en la edición impresa de revista Contragolpe de diciembre.

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