viernes, 15 de abril de 2011

Una aventura a dos ruedas

Hipólito Vieytes decía en 1805: “Los niños deben ejercitarse en la carrera, en la lucha y en todos aquellos ejercicios que al mismo tiempo sirven para su desarrollo y crecimiento”. Faltaban cinco años para que se produzca la Revolución de Mayo. Faltaba mucho para que el deporte se profesionalice e ingrese en esa locura desorbitante de hoy.
Pero más allá de la nueva impronta que ha tomado, el deporte todavía se constituye como uno de los principales factores de entretenimiento y sobretodo de inclusión social. Y para alegría de Vieytes, especialmente en los niños. Y no importa de qué deporte se trate.
Una muestra acabada de lo que se intenta reflejar es la historia de Francesca Cingolani. La joven piloto riocuartense que encontró en la practica del BMX esa disciplina que la hizo feliz. Además de la posibilidad de incluirse socialmente haciendo lo que le gusta. “Manejar su bici la hace sentir libre y ante todo feliz”, sostiene Débora Ferreyra, su mamá.
Francesca tiene siete años y fue en julio de 2009 cuando comenzó a practicar BMX con una bici playera. “Nos acercamos hasta la escuela de Juan Pablo Bruno para que nuestro hijo Lautaro comience la actividad. Francesca fue con nosotros y también empezó a practicarlo. Hoy es una apasionada y entrena todos los días”, cuenta Marcos Cingolani, su papá.
En Río Cuarto el BMX es una actividad que se desarrolla con un constante ascenso y son cada vez más los niños que lo practican.  A pesar de una niña, Francesca es una apasionada en lo que hace. “Es muy activa y le gusta mucho la bici. Siempre la está limpiando, le está haciendo cosas”, dice Débora.
Francesca compite activamente y con muy buenos resultados  en los torneos provinciales y nacionales. Además, se consagró campeona de su categoría en el Campeonato Panamericano que se llevó a cabo en la ciudad de Quito, capital de Ecuador.  
Experiencia mundialista
Si bien hace apenas un año que Francesca compite en BMX, ya cuenta con la importante satisfacción de haber competido en un mundial de la especialidad. Del 29 de julio al 1 de agosto que se disputó en Pietermaritzburg, Sudáfrica. La corredora finalizó quinta en el evento ecuménico.
“Fue un sacrificio muy grande. Entre todos los integrantes de la familia hicimos un esfuerzo inmenso ara poder estar en un mundial. Pero sobretodo hay que valorar lo realizado por Francesca que se esfuerza todos los días yendo a entrenar”, expresa Marcos.
Su madre fue quien la acompañó por tierras sudafricanas y de la experiencia, analiza: “La ciudad donde se realizó el evento es enorme. Fue muy lindo todo, la organización del torneo fue hermosa. Estaban muy organizados porque terminaba una manga y ya iban a acomodando para darle salida a otra, y era todo muy rápido. El rendimiento que tenían que tener los chicos no es el mismo que el que a lo mejor tenes que tener en un carrera de un provincial o nacional, era mayor la exigencia.
Puede leer la nota completa en la edición impresa de revista Contragolpe de febrero.

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