lunes, 20 de mayo de 2013

Fuera Monsanto


Usted se preguntará por qué un artículo sobre Monsanto en un medio deportivo. Y con semejante titulación. Más allá del impulso manifiesto por parte de quien escribe estas líneas el hecho de que aparezca este escrito tiene nombre y apellido: Osvaldo César Mansanelli.
El futbolista del Club Atlético Belgrano de Córdoba vive en la localidad de Malvinas Argentinas y junto con la Asamblea Malvinas Lucha por la Vida se ha manifestado en contra de la instalación de Monsanto en su localidad.
El “Hacha”, jugador consolidado en el “pirata” que participa en la primera división del futbol argentino, demostró que no todos los futbolistas de elite viven apartados de la realidad que los rodea y salió a manifestarse por las calles del pueblo que lo vio nacer hace 32 años. “Pienso que debe haber una consulta popular. Estoy en contra de todo lo que le haga mal a Malvinas Argentinas por eso vengo a reclamar. Espero que más gente se anime porque es el futuro de nuestros hijos”, expresó Mansanelli cuando le preguntaron porque rechaza la instalación de Monsanto en su terruño.
El reclamo del futbolista, y un gran número de vecinos, es para evitar que la multinacional norteamericana se instale con su política económica depredadora. Con la complicidad de la dirigencia política – nacional, provincial y local – Monsanto intentará seguir expandiéndose por una Argentina que viene soportando desde hace décadas el infame slogan "Alimento, Salud, Esperanza". Y uno de sus próximos objetivos es Malvinas Argentinas, localidad de alrededor de 9.000 habitantes ubicada a 14 kilómetros de Córdoba capital. En ella tiene el propósito de emplazar una planta secadora de semillas de maíz.
Eduardo Ahamendaburu, presidente del Instituto de Seguridad Laboral y Medio Ambiente (Islyma), de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), remarcó en el sitio www.ecoscordoba.com.ar que “Malvinas Argentinas es un pueblo que sufre las consecuencias de los pueblos fumigados. Monsanto se radica en los sectores más desposeídos, más desintegrados de esta sociedad bajo la mentira que va a generar fuentes de empleo genuinos. Los empleados que puede tomar son trabajadores precarios que se van a llevar la precariedad a su casa. No tienen condiciones mínimas para poder cambiar su ropa y la lavan junto con la de los niños en su casa.”
En la actualidad Monsanto es el número uno de los OGM (Organismos Genéticamente Modificados), y es el primer semillero del mundo. Controla el 27 por ciento del mercado mundial de semillas mientras que tiene el 86 por ciento en el mercado de semillas transgénicas.
Su vínculo comercial en la Argentina comenzó durante la última dictadura militar, cuando instaló sus plantas para producir semillas y agroquímicos en Zárate y Pergamino. En 1996, fueron el entonces presidente Carlos Menem y Felipe Solá, Secretario de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos, los que permitieron la expansión de la soja transgénica y los herbicidas de la empresa. Mientras que durante la gestión kirchnerista aumentaron los desmontes, el desalojo de campesinos, la contaminación y las millonarias ganancias de la agroindustria.
"Producir más y conservar más mejorando la vida de los agricultores", es la frase de cabecera que se puede leer en el sitio de internet de la empresa norteamericana que en nuestro país mantiene una connivencia política-económica con los gobiernos de turno que desoyen claramente la célebre frase del político y escritor cubano José Martí: “un pueblo que se dedica a un solo cultivo se suicida”.
Desde la monopolización de Monsanto más del 60 % del terreno argentino es sembrado con soja transgénica. El resultado: miles de campesinos hundidos por las deudas con la multinacional, personas que sufren problemas de salud a proximidad de las plantaciones, manipulación genética de productos naturales, pérdida de la biodiversidad, monopolio de mercado, violación a la soberanía alimentaria, desplazamiento de pueblos originarios y concentración de la tierra.
A principios de 2012, la ciudad de Río Cuarto recibió la noticia de que Monsanto instalará una planta experimental para generar un mejoramiento en soja y maíz. La decisión de la multinacional generó una reacción inmediata y llevó que un grupo de personas que venían luchando aisladamente se unieran y dieran a luz a la Asamblea por un Río Cuarto sin Agrotóxicos.
Organizados realizaron importantes movilizaciones y denunciaron que la obra que anunció Monsanto la está construyendo la empresa Focseed SA al lado de Bio4. “Como si solo de un trámite burocrático se tratara Monsanto/Focssed, una vez presentada la planilla ante la municipalidad, puso manos a la obra de la planta, que ya hace sombra sobre el parque industrial, sin que las autoridades locales, del ejecutivo o del Concejo Deliberante tomaran cartas en el asunto. Las autoridades locales todavía desconocen la llegada de Monsanto a nuestra Ciudad. ¿Negligencia? ¿Inoperancia? ¿Irresponsabilidad? ¿Corrupción? Preguntas que buscan respuestas ante el silencio oficial”, se puede leer en el blog de Río Cuarto sin Agrotóxicos.

Puede leer la nota completa en la edición impresa de revista Contragolpe de abril de 2013.


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